miércoles, abril 27, 2005

Cambiando de moneda



400 gramos de espárragos italianos: 4.99 libras en Fresh & Wild, un supermercado de productos ecológicos que abrieron hace cosa de un año en el Triángulo, en Bristol. Una tienda cara, como se puede ver. En otros supermercados o en mercados callejeros, los manojos de espárragos se pueden conseguir por menos: lo más común son dos libras, aunque quizás en alguna oferta se puedan conseguir por una y media. He de admitir que no sé cuánto cuestan en España, aunque estoy seguro que menos. He mirado en el sitio web de Carrefour y sólo los he encontrado en conserva, a 1.89 euros por una lata de 230 gramos (para quien no lo sepa, una libra viene a ser un euro y medio).

Me acuerdo de cuando acababa de llegar a Inglaterra, cuando aún no estaba acostumbrado a la libra. Cada vez que pagaba algo hacía el cálculo mental a pesetas (4 libras = 1.000 pesetas) y me escandalizaba. ¡700 pelas una revista! ¡100 duros un billete de metro! ¡1500 púas el cine! Luego, poco a poco te vas acostumbrando a los precios y empiezas a pensar en libras directamente, con lo que te evitas sobresaltos. Es un proceso curioso, en el que vas familiarizándote con el precio de las cosas según te acostumbras a pagarlas. Primero, con los productos de supermercado. Luego quizás precios de objetos de ocio: entradas de cine, CDs, libros. Suele ser un aprendizaje de menos a más: los precios bajos se asimilan con facilidad, y cuantos más ceros, más fácil se pierde uno. Pero todo se supera, y al final ya es uno capaz de encontrarle sentido también a los precios de casas o de coches.

Yo ya estoy totalmente acostumbrado a la libra, y sólo en algunas ocasiones (a veces por morbo) hago el cálculo a pesetas. Se da además una situación curiosa: la peseta ya no existe, de modo que los precios en pesetas que tengo en la cabeza se han quedado congelados en como eran hace cinco años. Esto se une a que mis ideas de caro o barato en pesetas son de cuando era estudiante y estaba sin un duro, justo antes de venirme a trabajar a Inglaterra en mi primer trabajo serio. La peseta está en mi mente, pues, momificada por partida doble.

martes, abril 26, 2005

Agujetas

Hay que reconocer que el inglés, sin ser una lengua especialmente "hermosa" o "elegante", sí que es una de las más expresivas. Cuenta con un vocabulario de uso común mucho más amplio que el de otras lenguas, con el que logra abarcar con asombrosa precisión los conceptos más sutiles. Comparado con él, el castellano, salvo en la boca o en la pluma de algunos, suena rígido y acartonado. El inglés además es rapidísimo y sin complejos a la hora de adoptar nuevas palabras (un buen ejemplo es "blog").

Pese a ello, hay veces que me topo con palabras en español que no tienen correspondencia en inglés. Una de ellas es "agujetas". En inglés (al menos en el hablado en Inglaterra) no hay ninguna palabra o expresión que describa este dolor muscular que sufres a veces al día siguiente de haber hecho ejercicio. Se lo pregunté una vez a un inglés y me dijo que era simplemente "pain" o "soreness". Mirando en varios diccionarios en línea sólo he visto la descafeinada "pains from fatigue". Hoy me he enterado de que la única traducción que hay es el aparatoso término médico "delayed onset muscle soreness¨, abreviado DOMS, que literalmente viene a ser "dolor muscular de aparición retardada".

Lo sorprendente de "agujetas" es que es una palabra de uso bastante común en España. Me imagino que las gentes de habla inglesa también se despiertan doloridos al día siguiente de haber hecho ejercicio. ¿Cómo es que a ninguno se le ha ocurrido una palabra para describir ese estado?

Por cierto que mientras que miraba en Internet para escribir este artículo me he enterado de la causa de las agujetas (aquí hay otra explicación). Según parece, se trata de la rotura de fibras musculares débiles, que al verter corrosivos componentes citoplásmicos causan el característicto dolor. Glups.

lunes, abril 25, 2005

Fumata roja

The Sun es el diario más leído en el Reino Unido. Es el indudable rey de la prensa tabloide británica y una de las joyas de la corona del magnate australiano de los medios Rupert Murdoch, propietario también del diario The Times, y de la cadena de televisión estadounidense Fox. Como tabloide, The Sun es un tipo de prensa popular de un nivel intelectual bastante bajo. Su línea editorial es marcadamente sensacionalista, chovinista, antieuropea y a menudo xenófoba. Son rabiosamente anti-euro y pro-guerra en Irak. Las fotos de chicas semidesnudas que publican cada día en su página tres son una institución de la prensa popular británica.

El otro día The Sun organizó una farsa que da una buena idea de la seriedad de este diario. Parodiando la elección del papa, anunciaron su apoyo a la candidatura laborista en las elecciones de la semana que viene haciendo salir humo rojo de una chimenea de sus oficinas centrales en Wapping, Londres. El numerito que montaron demuestra un gran sentido del humor pero también escenifica la creencia de los editores, presuntuosa pero desgraciadamente no tan irreal, de que la clase política británica estaba en vilo esperando a favor de quién se pronunciaba este influyente medio. En su editorial explican con más seriedad los motivos de esta decisión.

The Sun ya apoyó a Blair en las dos anteriores elecciones en 1997 y 2001, y se vanaglorian de haber sido determinantes de que éste ganara. En 1992 también se jactaron,con su célebre titular It's the Sun wot won it, de haber logrado con su apoyo que los conservadores ganaran las elecciones de ese año.

Fuentes:The Sun en la Wikipedia, 40 años de The Sun en la BBC
Temas relacionados: Elecciones en el Reino Unido

sábado, abril 23, 2005

Feliz día de San Jorge

Hoy es St. George´s Day, día del patrón de Inglaterra. Sin embargo, no es una festividad que se celebre mucho. A los ingleses les pasa parecido a lo que ocurre en España: el despliegue patriótico de símbolos y banderas se considera de mal gusto y se asocia a una mentalidad nacionalista con la que mucha gente no se siente cómoda.

jueves, abril 21, 2005

Elecciones en el Reino Unido

He sido un poco vaguete y aún no he hablado del tema político estrella en el Reino Unido desde hace varias semanas: las elecciones generales que se celebrarán en dos semanas, el día 5 de mayo. Desde principios de abril estamos de campaña electoral.

Todo el mundo espera que el actual primer ministro Tony Blair gane estas elecciones para el partido Laborista y sirva un tercer mandato, previsiblemente el último. Esto a pesar de haber sufrido durante la última legislatura un tremendo desgaste político, debido sobre todo al haber involucrado al país en la guerra de Irak basándose en mentiras. Otros asuntos, como la aprobación de una subida de las tasas universitarias rompiendo una antigua promesa electoral, o la introducción de hospitales-fundación, considerados por muchos como un paso hacia la privatización de la sanidad, han mellado enormemente la popularidad del primer ministro. En el parlamento estas medidas fueron votadas en contra por un buen número de diputados de su propia formación, en una rebelión que dio mucho que hablar.

Por todo ello, se prevé que va a ser muy difícil que Blair logre la victoria arrolladora que logró en las anteriores elecciones, pero aún así no se duda que ganará. Las esperanzas para el principal partido de la oposición, los Conservadores, son mínimas. Su actual líder, Michael Howard, un antiguo ministro en tiempos de Margaret Thatcher, parece haber tenido más éxito que sus antecesores en cohesionar el partido, pero la popularidad de éste sigue siendo bastante baja. Durante todos estos años, el "Nuevo Laborismo" de Blair se ha apropiado en gran medida y han continuado la política económica de Thatcher, de modo que los conservadores han perdido su principal baza. Howard está recuyendo a la visión catastrofista de los actuales problemas del país, al mismo tiempo que presenta propuestas fuertemente derechistas, como bajar los impuestos y ser duro en cuestiones de ley y orden. Pero su apuesta más dura y arriesgada es el tema de la inmigración, que considera que hay que limitar fuertemente. Según las encuestas, muchas de sus ideas son acogidas positivamente por los británicos, pero desgraciadamente para él esto no está bastando para mejorar la intención de voto de su partido.

De forma novedosa en estas elecciones hay un tercero en discordia: Charles Kennedy, candidato del partido Liberal-Demócrata, o LibDems, como se les llamá aquí. Su perfil ideológico es bastante difícil de etiquetar. Yo los describiría centristas, aunque muchas de sus propuestas económicas están más a la izquierda que las de los laboristas. Desde mediados del siglo XX, los liberal-demócratas han sido una fuerza testimonial en la política británica. El Reino Unido tiene un sistema electoral que favorece enormemente el bipartidismo: el país está dividido en minúsculas circunscripciones que dan escaño al partido más votado, independientemente del porcentaje de voto. Además, los libdems tienen fama (quizás inmerecida) de partido poco serio, de ideas algo alocadas. El desgaste laborista, sin embargo, ha resultado ser su mejor oportunidad, que están aprovechando. En las recientes elecciones europeas y locales obtuvieron unos resultados muy buenos. Su mejor activo es haberse opuesto firmemente desde el principio a la guerra de Irak. Para estas elecciones presentan además un programa muy atractivo de corte populista y posiblemente impracticable. Proponen la gratuidad de la la enseñanza universitaria, sustituir el impopular impuesto municipal (Council Tax) por un impuesto local basado en ingresos, están en contra de la introducción de los carnés de identidad y apuestan por un tramo adicional en el impuesto de la renta para ingresos de más de 100.000 libras. Está por ver si son capaces de capitalizar el voto de castigo y, acercarse a su sueño de desplazar a los consevadores como primer partido de la oposición.

Fuentes: especial de las elecciones de la BBC

martes, abril 19, 2005

El mejor restaurante del mundo

Un jurado internacional de chefs, críticos y restauradores ha elegido un restaurante inglés como el mejor del mundo en un concurso que organiza cada año la revista británica Restaurant. Fat Duck, local regentado por el chef Heston Blumenthal, ha quedado en primer lugar en una lista de cincuenta que incluye los restaurantes más aclamados del planeta. Blumenthal al parecer practica una cocina muy creativa ("cocina molecular") que hace uso de la investigación y la innovación, y ofrece en su menú delicias como papilla de caracoles o sorbete de sardina. Muy en la onda de nuestro Ferrán Adrià, cuyo restaurante El Bulli ha quedado en segundo lugar.

He estado leyendo en los medios británicos y, como es de esperar, le dan bastante relevancia a la noticia, coincidiendo todos en un comentario con el que estoy completamente de acuerdo: que pese a la pésima fama de la comida inglesa/británica, en el Reino Unido hay un nivel altísimo en lo que a restaurantes y chefs se refiere. En la lista ganadora hay un buen número de restaurantes ingleses en lugares destacados: el del famoso chef Gordon Ramsay está en sexto lugar, con otros dos restaurantes londinenses entre los diez primeros. Hay también un buen número de restaurantes españoles. De Italia sólo figura uno, lo cual sin duda es una afrenta inconcebible para los italianos, cuyo chovinismo culinario es tremendo. En cualquier caso, no estoy muy seguro de cuán importante es el galardón, ni si la revista que lo organiza es realmente tan prestigiosa. El que sea británica es sin duda sospechoso, aunque los expertos que han elaborado la lista son de todo el mundo.

Curiosamente el restaurante en cuestión está en la pequeña aldea de Bray, en el condado de Berkshire, muy cerca de Maidenhead, el pueblo donde viví durante unos años antes de lograr escapar a Bristol.

Fuentes: BBC, Guardian, The Independent, Reuters
Temas relacionados: Mi comida de hoy, Curry Nights, La cruzada de Jamie Oliver.

lunes, abril 18, 2005

888

No, no estoy haciendo publicidad de ningún casino en línea. 888 es el número de la suerte para el expatriado que ve la tele en el Reino Unido: el número de teletexto con el que se accede el servicio de subtítulos, ofrecido por todos los canales de televisión británicos (BBC1, BBC2, ITV, Channel 4 y Channel 5). Este servicio superpone subtítulos (en inglés, por supuesto) al programa que estemos viendo. Para activarlo, sólo hay que entrar en teletexto, pulsando la tecla apropiada en el mando a distancia, y a continuación pulsar 8-8-8.

Los principales destinatarios de este servicio son la gente con problemas de audición, pero nos viene también de perlas a los extranjeros que vivimos aquí. Es una ayuda estupenda para la gente que no entiende muy bien el inglés, o simplemente para quienes a veces somos demasiado vagos como para hacer el esfuerzo. En ocasiones, es también muy útil para aprender a distinguir los distintos acentos del inglés, ya que cuando alguien habla con un acento regional muy marcado es frecuente que el subtítulo indique de cuál se trata.

Por sorprendente que parezca, los subtítulos no sólo están disponibles para películas, documentales o programas grabados, sino también para muchos programas emitidos en directo. Es el caso de los telediarios de algunas cadenas. Incluso Big Brother, la versión británica de Gran Hermano, ofrece subtítulos en sus emisiones en directo. Por increíble que parezca, hay un individuo (si esto fuese España diría que un becario) tecleando frenéticamente la sarta de estupideces en las que generalmente suelen consistir las conversaciones de los concursantes de este programa decano de la telerrealidad.

El servicio de subtítulos por teletexto también lo ofrecen algunos canales en España, pero está muchísimo menos desarrollado que aquí.

domingo, abril 17, 2005

Letrero

El Photoshop no es lo mío.

El ocaso de la industria automovilística británica

El Reino Unido estaba en estado de shock anteayer cuando se supo que habían fallado todos los intentos de salvar al grupo automovilístico MG Rover, que quebró el pasado día 8 de abril. El pasado viernes se confirmó que su fábrica en Longbridge, en Birmingham, debería cerrar, provocando unos 5000 despidos.

En España uno piensa en coches ingleses y le viene a la cabeza Rolls Royce, Jaguar, el famoso Mini. Quizás, si la persona sabe algo más de automóviles, habrá oído hablar de Austin, MG, Morris, Land Rover. La propia Rover, la marca mayoritaria durante estos últimos años y con cierta presencia en las carreteras españolas, tiene cierta imagen de elegancia y exclusividad.

Pero en imagen se queda todo, y la mencionada profusión de distintas marcas es igualmente engañosa, ya que la mayoría de ellas no son más que distintas caras que, a lo largo de los años, ha tenido este grupo industrial que acaba de irse a bancarrota. Se trata del punto final a la industria automovilística británica, con sus marcas supervivientes como Jaguar en manos extranjeras y donde sólo sobreviven a muy pequeña escala compañías como Lotus o TVR, ambas especializadas en coches deportivos.

Fé de errores (24.4.05)
¡Oops! Me he enterado de que Lotus no es británico. La marca es propiedad de la compañía malaya Proton.

sábado, abril 16, 2005

Terroristas o separatistas

En el diario Guardian de hoy me he encontrado con un artículo sobre las elecciones vascas de mañana, firmado por Giles Tremlett, el habitual corresponsal de este periódico en España.

Me ha sorprendido por lo inhabitual leer lo siguiente:

"Independence, however, is what opponents of Spain's most controversial politician claim Juan José Ibarretxe plans for this troubled Atlantic region of 2 million people which has suffered the separatist violence of the terrorist group Eta for the past 30 years."
Lo sorprendente es el uso de la expresión "grupo terrorista ETA". Siempre que he leído en los periódicos británicos noticias sobre las fechorías de esta banda criminal, la expresión favorita para referirse a ellos es la de "basque separatist group". Las veces que he leído periódicos norteamericanos me he encontrado con lo mismo, y gracias a Google news, se puede comprobar que esta tendencia afecta a la mayoría de los medios de habla inglesa: hagamos una búsqueda de noticias con los términos "terrorist group eta" y con "separatist group eta". En el momento de escribir estas líneas, la primera búsqueda me da 16 resultados; la segunda, 182. En el propio diario The Guardian se puede hacer el experimento y se obtienen resultados similares.

Este hecho no ha pasado desapercibida en España para algunos, y recuerdo haber leído hace tiempo críticas sobre la forma como los medios de comunicación extranjeros presentan las acciones de la banda terrorista.

viernes, abril 15, 2005

Pubs irlandeses en Madrid

Odio los pubes irlandeses de Madrid. Hace bastantes años, cuando estos locales se pusieron de moda en la ciudad, sí que me gustaban, ya que aportaban a la noche madrileña una alternativa exótica a los bares de toda la vida, no muy ambiciosos en lo estético. Con el tiempo empezaron a aparecer más y más como hongos, y gradualmente empecé a cogerles manía. Empezó a aburrirme la repetición poco imaginativa de los mismos tópicos decorativos: anuncios antiguos de Guinness, estanterías de libros, aperos de labranza colgados de los techos, etc.

Foto de Chema TejadaPero lo que un día realmente me rompió el corazón fue ver cómo La Fontana de Oro, un café-bar típicamente madrileño, uno de los más antiguos de la ciudad y protagonista nada menos que de una novela de Benito Pérez Galdós del mismo nombre, había sufrido una redecoración superficial y se había convertido en pub irlandés. A la decoración de antes, consistente en paneles de azulejos con retratos de personalidades literarias y políticas de la España del siglo XIX, se le había superpuesto un perezoso "barniz" irlandés consistente en los consabidos mencionados de Guinness y no mucho más, dando como resultado un ambiente muy anodino. Si se hubiese tratado de una fusión hispano-irlandesa real podría haber tenido su interés, pero aquello no era más que un revuelto extravagante. Lo único que agradecí es que el propietario del local no había desechado la decoración antigua, de modo que en el futuro, cuando recobre el buen sentido, quizás pueda recuperar el aspecto original.

La fontanillaNo estaría escribiendo estas líneas si las pasadas vacaciones de Semana Santa, paseando por la ciudad, no hubiese descubierto con fastidio que lo que le había pasado a la Fontana de Oro también lo han sufrido al menos otros dos bares de Madrid. El de la imagen es La Fontanilla, cerca de la calle Toledo. La foto no es muy buena (la hice con el móvil) pero muestra claramente un tradicional bar madrileño convertido en pub irlandés gracias al anuncio de Guinness y un par de tréboles.

He de decir que no tengo nada en contra de los irlandeses, y cuando he estado en Irlanda he disfrutado mucho en sus pubs, que como es de esperar no tienen mucho que ver con la versión sucedánea de ellos que Madrid y otras ciudades han importado. No entiendo por qué esa sobreabundancia de pubs irlandeses, sin que a nadie se le haya ocurrido montar pubs de ambiente inglés (que por otro lado, no son muy distintos).

Me preocupa cómo se va extendiendo en Madrid el gusto por los ambientes artificiales y falsos, en muchos caso propagado por el modelo de negocio de la franquicia. La crítica que hago a los pubs irlandeses se puede extender a tantas cafeterías, como Café y Té o Jamaica, que imponen una decoración predecible (sacos de café, decorado colonial, tonos ocre). Desde hace poco, Cañas y Tapas amenaza con lo mismo: locales clónicos y sin alma replicando el mismo tipo de decoración, supuestamente inspirada en la del bar tradicional, y que tampoco aportan nada destacable en lo culinario. La individualidad de sitios geniales y auténticos como Matador, un fantástico bar que descubrí en la calle Cruz hace poco, peligra ante la marea uniformadora que se nos está viniendo encima.

jueves, abril 14, 2005

In Our Time en podcast


Ya he hablado en esta bitácora sobre lo mucho que me gusta Radio 4 de la BBC. Uno de mis programas favoritos es In Our Time. El tema del programa es la "historia de las ideas": en él se reunen una serie de especialistas para charlar sobre descubrimientos, acontecimientos o concepciones de toda índole (científicas, políticas, culturales, religiosas...) que han marcado la historia de la humanidad. El espacio es presentado y moderado por Melvyn Bragg, un famoso escritor, habitual colaborador radiofónico y miembro de la Cámara de los Lores. Ejemplos de temas apasionantes que ha tratado el programa son los ángeles, el número pi, la brujería, el bosón Higgs, Fausto, el alfabeto y hasta la Guerra Civil Española.

In Our Time se emite los jueves a las nueve de la mañana; desgraciadamente, sólo me da tiempo de escuchar un poco en el coche antes de llegar a la oficina. Como todos los programas de Radio 4, tiene su propio sitio web desde donde se puede escuchar por Internet en directo. También ofrece un archivo de programas antiguos para escuchar en diferido. Desde hace poco, además, se puede bajar el fichero mp3 del último programa emitido, y ofrece un chivato RSS para podcasting.

miércoles, abril 13, 2005

Not at all

Not at all, oigo a veces responder al thank you a turistas o recién llegados españoles o de otros países. Y no puedo evitar sonreírme para mis adentros, ya que de todas las expresiones inglesas que se nos enseñaba en el colegio cuando aprendíamos el idioma es, probablemente, la que menos se utiliza en la vida real en Inglaterra. Nadie dice not at all en el Reino Unido. Sólo la he escuchado en contadas ocasiones, en situaciones muy formales. En lo cotidiano, se suele emplear no problem, además de it´s OK o it´s alright, que también son respuestas válidas para el sorry. Se usa también muy a menudo you´re welcome, expresión proveniente de EE UU. Últimamente vengo escuchando también el muy coloquial no worries. Todo esto no significa que no se pueda o deba emplear el not at all, sino simplemente que quien lo haga sonará muy poco natural.

Hay tantas otras diferencias entre el inglés que se habla en el Reino Unido o EE UU y el que se enseña en colegios y academias. Otro buen ejemplo es good bye. Cuando llegué a Inglaterra lo decía continuamente para despedirme, hasta que me di cuenta de que era una expresión muy formal que sólo lo usaban algunos presentadores de la tele o de la radio para despedirse de su público. La gente aquí dice bye bye, un simple bye o también bye now. Por cierto que el uso del engañosamente sencillo bye presenta unas dificultades formidables: para pronunciarlo con naturalidad hay que saber emplear una entonación muy característica, que para un extranjero es complicadísima de replicar. Siempre pienso que el día que sea capaz de decir el bye con naturalidad me consideraré ya que he dominado el idioma.

Especial mención merece el cheers: otra expresión del inglés británico de la que nada se nos decía en las clases y que se usa continuamente. Su significado es el de un "gracias" coloquial. También se utilizar mucho en los correos electrónicos como despedida. Es muy frecuente alargarlo en un cheers, mate, algo así como "gracias tío", aunque denota demasiada familiaridad. Con el mismo significado de "gracias" encontramos el escueto ta, que no tengo ni idea de dónde ha salido pero que no me gusta nada por lo seco que es. Afortunadamente su uso no está tan extendido.

martes, abril 12, 2005

Supernanny

Una de las tareas urgentes con las que se topara el nuevo Papa tras su elección en el cónclave de la semana que viene será la anatemización de un nuevo anticonceptivo, mucho más expeditivo e implacable que ninguno de los conocidos: Supernanny, el programa del canal británico Channel 4 cuya nueva temporada comenzó la semana pasada con su emisión los martes a las nueve de la noche.

Y es que basta ver un solo episodio de este programa para que a uno se le quiten por completo las ganas de tener hijos. En cada episodio, se nos presenta a una familia desbordada por los hijos más intratables y desobedientes que uno puede imaginar: niños violentos que pegan a sus hermanos, monstruos que no paran de decir tacos y soltar los insultos más horrendos a sus madres, renacuajos que si se les lleva la contraria prorrumpen en rabietas terribles... Pero no hay demonio que se le resista a la supernanny Jo Frost, protagonista de la serie. Esta superniñera pasa unos días con con la familia enseñando a los padres técnicas para educar a los hijos, mantener la disciplina y mejorar el ambiente familiar; el programa nos va mostrando el progreso de reeducación de los hijos (y de los padres) hasta que al final la situación se encauza y los chavales aprenden a comportarse mejor.

Este programa fue un éxito mayúsculo el año pasado el Reino Unido y ha sido exportado ya a EE UU. Yo lo vi por primera vez la semana pasada, y me dejó entusiasmado. Las técnicas que enseña Jo Frost, a juzgar por el programa, son muy efectivas. Pese a lo que se pueda pensar, "disciplina", esa palabra que tan mala fama tiene en nuestro tiempo, no significa tratar a los niños como si fueran reclutas de un cuartel, o someterlos a castigo físico con azotes. Jo Frost recomienda tratar a los chavales como personas: ponerse en cuclillas al regañarlos para estar a su altura, no perder la calma con ellos, poner castigos justos y tratar por todos los medios de que entiendan cuándo se están portando mal y por qué.

El otro día hablaba de cómo la televisión puede representar un papel positivo y útil para la sociedad, y que en ningún modo es un medio de comunicación perverso por naturaleza; Supernanny es otro ejemplo rotundo. Un programa entretenido, interesantísimo, original y educativo. Espero que lo trasladen pronto a España.

sábado, abril 09, 2005

Redecora tu vida

He cambiado la plantilla que venía utilizando para publicar esta bitácora en Blogger. La anterior no me convencía mucho; ésta tampoco es que sea maravillosa, pero espero ir mejorándola durante los próximos días con pequeños retoques.

¡Admito quejas/sugerencias!

Actualización 12 abril

La nueva plantilla no funciona con Explorer, dammit! La barra de la derecha me aparece abajo del todo.

Prometo arreglarlo lo antes posible.

Actualización 12 abril 13.14

Solucionado para Explorer. Espero no habérmelo cargado para Firefox, lo tendré que comprobar luego en casa. El problema era un campo width aplicado al elemento <form> en el formulario de búsqueda de Technorati. Lo he quitado. No sé por qué fallaba.

Boda Real

No puedo creerlo. La primera cadena de TVE está retransmitiendo en directo la boda entre el príncipe Charles y Camilla, con la insoportable Cristina García Ramos, presentadora del programa "Corazón, corazón", como comentarista. Los responsables de la cadena pública española han estimado que la descafeinada ceremomia civil, seguida de la anodina bendición religiosa en el Castillo de Windsor, es un tema de vital interés para el público español. Lo terrible es que no están equivocados.

El año pasado la fastuosa Boda Real del príncipe Felipe sólo figuró en la televisión británica como una más entre las noticias internacionales; tampoco mereció mayor mención en el resto de los medios de comunicación. La propia noticia de la boda real de hoy del príncipe heredero fue recibida por muchos medios británicos con absoluta indiferencia e incluso desprecio. En España sin embargo sigue reinando la obsesión con el corazón, que la televisión pública alimenta sin pensárselo dos veces. Tanto sabio enmedallado para esto.

viernes, abril 08, 2005

Los ingleses según John Carlin

El domingo pasado, El País Semanal publicaba un reportaje en el que John Carlin, con el motivo de la boda de mañana del príncipe Charles y Camilla Paker-Bowles, hace un análisis muy certero de la sociedad inglesa actual, que poco tiene que ver con la imagen de ella que se tiene en España o en otros lugares.

El punto de partida es que, si se estudia la historia de la monarquía británica, se llega a la conclusión de que los escándalos que durante los últimos años han ido sacudiendo a la Familia Real británica no son la excepción sino la norma. Fue Jorge VI, padre de la actual monarca Isabel II, quien trató de convertir la institución y darle respetabilidad.

Carlin pasa entonces a desmontar unos cuantos tópicos sobre los ingleses, como el de la flema: "Estimulados por la bebida, los jóvenes emprenden un frenesí de actividad sexual que no tiene absolutamente nada que ver con la imagen tradicional de los ingleses como la gente más eróticamente estreñida de Europa".

Habla también del clasismo, una de las características más marcadas de la sociedad inglesa "...su sistema social permanece anclado en la Edad Media. Los españoles, a pesar de tener una historia menos progresista, tienen una vida cotidiana más igualitaria". Y sobre el humor: "Lo que los ingleses no soportan es la solemnidad. A los individuos serios y rimbombantes se les considera absurdos. La capacidad de reírse de todo –empezando por uno mismo– es un requisito indispensable para ser inglés."

Es una lástima que haya que estar suscrito a elpais.es para poder leer en Internet este muy recomentable artículo. Yo tengo una copia del mismo para uso personal aquí, pero por supuesto estaría violando los derechos de copia si animara a la gente a visitarla...

Four Seasons In One Day

"Four seasons in one day" es una canción del grupo britániconeozelandés Crowded House, que a finales de los ochenta lograron colar en las listas de éxitos de todo el mundo un puñado de canciones de pop ñoño.

Es también un cliché que se suele oír a menudo en el Reino Unido refiriéndose a la impredecibilidad (o quizás mejor dicho "imbecilidad") del clima en las Islas Británicas y, sobre todo, el de Escocia.

Durante los últimos días el tiempo realmente ha sido loco. El sábado pasado estaba comiendo de picnic y tomando el sol tumbado en la hierba del parque de la Cabot Tower. Después de una semana de cielos radiantes alternando, en cuestión de minutos, con chubascos violentos y vientos racheados, se nos dice que este fin de semana las temperaturas bajarán provocando heladas por la noche.

Esta inestabilidad, he podido leer en la BBC, es sobre todo típica del mes de abril:

"Durante este periodo de año podemos esperar cualquier tipo de tiempo, de ahí la expresión cuatro estaciones en un mismo día. Las borrascas atlánticas aún pueden ser bastante potentes y traer fuertes lluvias a todo el país. En caso de anticiclón, los días soleados son sucedidos por heladas nocturnas".
También en la BBC hay otra explicación más técnica sobre el porqué del alocado clima en esta época del año, que señala como culpables los cambios de dirección de las corrientes de chorro atmósfericas (jet streams), que son unas corrientes de aire muy veloces que circulan por capas altas de la atmósfera.

Aún tengo que hincarle el diente en esta bitácora al tema del clima británico. No sólo los extranjeros nos quejamos de lo triste y lluvioso que es, también los propios británicos lo hacen. Pero no es justo que el tiempo de aquí se lleve toda la mala fama; en otros paises de Europa, sobre todo el norte de Francia y los países bajos, el clima es similar o peor.

miércoles, abril 06, 2005

El carrito del helado

Hace un rato, aquí en la oficina, de pronto hemos oído una musiquilla afuera, aproximándose lentamente, como una irritante música de móvil. No cabía duda: se trataba de una furgoneta de helados.

Las furgonetas de helados son bastante comunes en Inglaterra. Suelen rondar por las zonas residenciales en verano, a media tarde, haciendo sonar su diabólica melodía de organillo para atraerse niños golosos. En España no tenemos nada parecido. Lo más cercano en comercio motorizado musical que tenemos son los afiladores de cuchillos, y quizás los chatarreros (la entonación con la que anuncian su presencia es sutil pero indudablemente musical: "el chatarreeerooooo").

Los conductores de estas furgonetas de helados pueden parecer hombres sencillos y humildes, que han escogido un trabajo sin complicaciones, gratificado con la ilusión que reparten a los niños de los vecindarios que visitan. Pero que a nadie le lleve a engaño: detrás de su aspecto inocente hay un frío y astuto hombre de negocios.

La visión de este pintoresco vehículo se me ha hecho un poco rara a principios de abril y en el parque empresarial donde está mi oficina. Sobre todo con las temperaturas de estos días.

martes, abril 05, 2005

Mi comida de hoy

Uno de los tópicos sobre Inglaterra es lo mala que es la comida aquí. Todos hemos escuchado esas historias de pobres estudiantes españoles que se van en verano a aprender inglés al Reino Unido y que son matados de hambre durante su estancia a base de sandwiches de pepino. Este tópico, desgraciadamente, es real, aunque esto tiene más que ver con la cicatería de las empresas que gestionan estos cursos de idiomas en el extranjero (espinoso tema del que algún día hablaré) que con las costumbres alimenticias británicas. En el Reino Unido, si quieres, puedes comer muy bien, a veces incluso mejor que en España.

Pero dejaré para otra ocasión el tema de cómo comen los británicos en general: hoy quería escribir sobre cómo se come en el trabajo. El almuerzo típico consiste en un sandwich, una bolsa de patatas fritas y un refresco o agua mineral. Es, desde luego, mucho más pobre que el tradicional menú del día de bar español con dos platos, pan, bebida y postre, pero antes de reírnos de la falta de cultura gastronómica de los anglosajones hay que recordar que en España tampoco es tan extraño comer de bocata, que viene a ser lo mismo. Los sandwiches ingleses suelen ser bastante grandes, suficientes para aplacar el hambre a mediodía, y si se sabe buscar, deliciosos y hasta sanos. Los rellenos más típicos son BLT (bacon, lettuce and tomato) y atún con mayonesa ("tuna mayo"). Curiosamente es difícil encontrarlos de jamón y queso.

Los sandwiches se pueden comprar en un sinnúmero de establecimientos: cafeterías, supermercados y hasta gasolineras. Hay tiendas especializadas en ellos: los delis (de "delicatessen"). Suelen ser sitios donde te preparan el sandwich al momento escogiendo de entre un montón de rellenos y tipos de pan. Allá donde no hay tiendas cerca donde comprar el almuerzo, como en parques empresariales, suele haber furgonetas de distintas empresas que visitan las oficinas un poco antes de la hora de comer para vender sandwiches y otros comestibles. En algunas oficinas más grandes puede que incluso tengan un "deli" para los empleados. Si ninguna de estas opciones está disponible o convence al comensal, siempre le queda la opción de prepararse el emparedado en casa.

O tomarse otra cosa. Por supuesto, no todo el mundo come de sandwich. Quien trabaje cerca de alguna zona urbana puede ir a comer a algún pub o restaurante de comida rápida (esto segundo no lo recomiendo). O puede llevarse la comida de casa. Si a uno no le apetece preparársela, puede encontrar en los supermercados comidas preparadas que se pueden cocinar en un simple microondas. La oferta es amplísima: comida india, italiana, china, inglesa... Incluso se puede comprar paella precocinada. La mayoría de las oficinas cuentan con una "cocinilla" (kitchenette) con nevera, fregadero, máquina de café y microondas. Es el caso de donde trabajo ahora. A la hora de comer la mayoría nos juntamos allí y comienza el runrun de los microondas a medida que la gente se va preparando su almuerzo. Algunos pasan de sandwiches o precocinados e improvisan otro gran clásico inglés: tostadas de alubias cocidas en tomate (beans on toast). Mientras come, la gente charla sobre lo que ha visto el día anterior en la tele o hace crucigramas en silencio.

Hay quien tiene la suerte de tener comedor de empresa. En el sitio donde trabajaba antes tenían una cantina que servía comida subvencionada y bastante buena. Cuando mi empresa se reorganizó y nos trasladaron a otras oficinas más pequeñas, los jefes trataron de rebajar el servicio de comidas a un simple deli con la excusa de que éramos menos gente, pero no pudieron por la feroz resistencia de los empleados. En esa empresa las sobremesas eran largas; las comidas a veces duraban hora y media si la conversación era interesante, mucho más que los tres cuartos de hora típicos que suelen concederse en estos lugares.

Una de las cosas que más echo de menos de mi anterior trabajo es precisamente la cantina. En cualquier caso, a todo se acostumbra uno y ya ya me he adaptado a mi nueva rutina de sandwiches, comidas preparadas y sobras del día anterior, que intento compensar en casa con una cena en condiciones. Con un poco de organización no es tan terrible. Aunque sigo echando de menos los menús del día españoles...


lunes, abril 04, 2005

La Catedral de Clifton

El papa Juan Pablo II finalmente murió. La noticia ha resonado con fuerza en todo el mundo y el Reino Unido no ha sido una excepción. La cobertura informativa no ha llegado a los extremos que se ha dado en España, pero el análisis de los medios británicos sobre lo positivo y lo negativo del pontificado de Karol Woijtila no ha sido muy distinto del que he leído en la prensa española.

Catedral CliftonAyer aproveché la ocasión de la muerte del papa para visitar la Catedral de Clifton, sede de la diócesis católica de Clifton, que comprende Bristol y los condados adyancentes. Se trata de una construcción que parece sacada de una película de ciencia ficción, una mole piramidal de hormigón gris que, si bien está claramente emparentada con el horrendo estilo arquitectónico británico de los años sesenta, de algún modo me parece atractiva. La catedral está situada en Pembroke Road, al lado de Worcester Terrace, una elegante urbanización georgiana que no puede contrastar más con la arquitectura futurista del templo.

Fui sobre las cinco de la tarde, y me sorprendió encontrar la catedral vacía salvo por una o dos personas que rezaban. También me sorprendió la sencillez con la que se anunciaba la muerte del pontífice: apenas un retrato presente en una de las capillas, con folletos disponibles al público con una oración por su alma. Había esperado encontrarme con signos más conspicuos del fallecimiento del pontífice.

Aproveché para pasear por la catedral. Lo más chocante es la ausencia de los típicos bancos de iglesia: en vez de ello hay filas y filas de sillas de plástico y metal encadenadas, cubiertas por un curioso tapizado, que le daban al recinto un aire chabacano de pabellón de congresos multiuso. Quitando este detalle de mal gusto lo demás me gustó bastante: un interior muy amplio y luminoso, cuya única decoración son unos relieves expresionistas en las paredes representando el via crucis. La estética en su conjunto es muy de iglesia sesentera, no muy distinta a la de la mayoría de las iglesias modernas que conozco en Madrid. Según dice el sitio web de la catedral, el edificio se construyó con el Concilio Vaticano II aún reciente, siguiendo la filosofía de una Iglesia menos severa y más cercana a los fieles. Un detalle que me gustó mucho es que todas las superficies de hormigón de dentro de la catedral, vistas de cerca, muestran relieve como de madera rústica. Esta textura da una calidad mucho más acogedora a un material de construcción que es bastante opresivo de por sí. Me imagino que habrán conseguido este efecto mediante encofrados especiales.

A quien le interese el tema le recomiendo visitar el sitio web de la catedral, que ofrece una descripción con fotos de la misma, su historia, y para quienes estén interesados en la arquitectura, un artículo muy interesante escrito por los arquitectos que la diseñaron hablando sobre su diseño y construcción.

viernes, abril 01, 2005

Periódicos tirados

Esta foto la tomé hace un par de semanas en el aeropuerto de Bristol. Ilustra bien una costumbre muy inglesa: la de dejar tirado el periódico en cualquier sitio después de haberlo leído. Esto ocurre más a menudo, como es lógico, en aquellos lugares donde la gente lee la prensa habitualmente, principalmente el transporte público.

En Madrid nunca he visto algo así. Las últimas veces que he estado he visto que la gente, como mucho, deja tirados los periódicos gratuitos, pero es difícil encontrar periódicos abandonados "de pago". Quizás sea porque le tenemos más respeto a la palabra impresa, o porque muy poca gente lee el periódico y si lo lee lo hace en casa o en el trabajo. En el Reino Unido hay una oferta de prensa más amplia para todos los niveles sociales e intelectuales; quizás por ello se lee más y se ven más periódicos tirados.

Lo de abandonar el diario en los sitios públicos puede ser hasta de agradecer a veces porque te permite leer las noticias gratis. Pero los ingleses extienden esta práctica a otras cosas menos agradables. Es habitual que la gente se tome su comida o su cena sobre la marcha y lo deje todo tirado. Me acuerdo cuando cogía el tren para ir o venir de Maidenhead a Londres; a menudo los vagones eran puras pocilgas, llenas de periódicos arrugados, envoltorios de hamburguesas y latas de bebida vacías rodando por el suelo.