miércoles, enero 23, 2008

La carga de la brigada ligera

Hoy me he enterado de algo curioso: el personaje que protagonizó uno de las episodios militares más espectaculares y controvertidos de la historia británica es el mismo que dio nombre a las chaquetas de punto.

Estoy hablando de James Brudenell, el séptimo conde de Cardigan, y el célebre hecho histórico del que hablo es la carga de la brigada ligera. Este sucedido puede verse como una de las muestras de valentía más grandes o, al mismo tiempo, como una de los ejemplos más espectaculares de incompetencia militar. Tuvo lugar el 25 de octubre de 1854 en el marco de la Guerra de Crimea, el primer gran conflicto en el que participaba Gran Bretaña desde Napoleón, y que enfrentó a este país, Francia, el Imperio Otomano y el Reino de Cerdeña contra Rusia por causa de una disputa por el control de la Tierra Santa.

El episodio en concreto tuvo lugar el 25 de octubre de 1854 en el transcurso de la batalla de Balaclava. En uno de los lances, el Mariscal Lord Raglan, al mando de las fuerzas aliadas, quiso evitar que los rusos se apropiaran de unas piezas de artillería pertenecientes a una posición que habían capturado recientemente. Para tal efecto, a través del capitán Nolan, envío la orden al conde de Lucan, comandante de la caballería, de que enviara a sus unidades para prevenirlo.

Lo que Raglan no sabía era que los únicos cañones que se podían ver desde la posición de Lucan eran el grueso de las baterías rusas, situado al otro lado del valle. Por tanto, Lucan dio la orden a Cardigan, que estaba al mando de la brigada ligera, de que tomara a unos seiscientos setenta de sus caballos y cargara contra esta posición, que estaba situada a alrededor de una milla de distancia.

Cardigan obedeció la orden y, a la cabeza, se lanzó a la carga a través del valle. Las baterías rusas, disparando de frente y por los costados, perpetraron grandes bajas en el contigente de caballería, que sin embargo logró llegar a su destino y penetrar en las líneas rusas. Cardigan, no obstante, ante la flagrante inferioridad de fuerzas, se vio obligado a retirarse. De los seiscientos y pico efectivos iniciales, sólo regresaron a caballo unos doscientos. Alrededor de 120 murieron, un numero similar fueron heridos y el resto tuvo que volver a pie.

Tres semanas después, el suceso fue publicado en el diario The Times por William Howard Russell, uno de los primeros reporteros de guerra. Pese a que el número de bajas no había sido tan alto (una ínfima parte de las decenas de miles de muertos que sufrieron los aliados durante toda la guerra), lo espectacular de la pifia levantó un gran interés y controversia en la opinión pública británica. El poeta Tennyson se aseguraría de que esta gesta militar se convirtiera en leyenda con su poema "The Charge of the Light Brigade", pero en un orden de cosas menos heróico, tanto Lucan como Raglan se vieron acusados de haber sido responsables del desastre por haber asumido ciegamente una orden claramente irracional y suicida. Nolan, quien murió en el transcurso de la carga, también fue señalado como culpable por no haber transmitido la orden correctamente.

El modelo aristocrático del Ejército quedó desprestigiado; la oficialidad, que tradicionalmente había sido reducto de quienes podían permitirse pagar las enormes cantidades necesarias para mantener su puesto, fue acusada de incompetencia, prepotencia y desprecio hacia las vidas humanas de la tropa. Es interesante recordar que fue también durante la Guerra de Crimea cuando Florence Nightingale se hizo famosa por su lucha por mejorar las condiciones de los heridos de guerra británicos.

El Conde de Cardigan, protagonista de esta historia, también tiene su lugar en la historia como persona que popularizó las chaquetas del mismo nombre. Curiosamente, hay otra prenda de abrigo cuyo nombre se debe a estos sucesos históricos, aunque sólo en inglés. Hablo de balaclava, que es como los británicos llaman a los pasamontañas.

Más información:
The Charge of the Light Brigade (In Our Time, BBC Radio 4),
Charge of the Light Brigade (Wikipedia en Inglés;también en español), Why the charge of the Light Brigade Still Matters (BBC),

lunes, enero 14, 2008

Spare some change?

¡Feliz Año Nuevo atrasado! Este blog se ha tomado unas vacaciones demasiado largas y ya es hora de desempolvar un poco estas páginas. Y dado que estamos en plena cuesta de enero, que mejor tema que tratar que el del dinero.

Con la llegada del euro ha pasado algo muy triste en España: nos hemos quedado de repente sin toda ese repertorio de sinónimos coloquiales de peseta (pelas, cucas, calas, leandras...) y sus derivados (duro, talego...). Estoy seguro de que un montón de gente ingeniosa habrá inventado ya términos graciosos para referirse al euro, pero que yo sepa todavía ninguno ha pasado al dominio público.

Aunque el Reino Unido no tiene ninguna intención de entrar en el euro, también allí se ha vivido no hace tanto la experiencia de reemplazar radicalmente el sistema monetario. Hasta principios de los años setenta, el Reino Unido llevaba funcionando desde hacía más de un siglo con un complicado sistema (a veces denominado Lsd) por el cual una libra equivalía a 20 chelines (shillings) y, al mismo tiempo, a 240 peniques. Todo precio se expresaba mediante una terna de estas tres unidades: como por ejemplo £1 4s 3d. Las abreviaturas, curiosamente, provenían del latín: s de solidus y d de denarius (ambas monedas que formaban parte del sistema monetario utilizado por los romanos). El chelín, alternativamente, se representaba también mediante una barra inclinada ("/"). De este modo, 5/- significaba 5 chelines y 0 peniques. El símbolo de la libra, que es el mismo que se sigue usando, también provenía del latín: no es más que la "L" de libra con caligrafía historiada.

Pero las complicaciones no acababan aquí. No sólo la libra se subdividía de una forma tan rocambolesca, sino que también las monedas fraccionarias tenían valores bastante pintorescos. En los bolsillos de los británicos, se podían encontrar monedas de farthing (cuarto penique), half pence (medio penique), twopence, threepence, sixpence, florins (equivalentes a dos chelines), crowns y half crowns (equivalentes, respectivamente, a 30 y a 60 peniques). Muchas de estas denominaciones se llevaban acuñando desde la Edad Media, aunque su valor relativo entre unas y otras había ido variando dependiendo del peso y la cantidad de metal precioso.

El 15 de febrero de 1971 todo esto cambió. En este día, conocido como Decimal Day, el Reino Unido se alineó con la gran mayoría de naciones europeas, que desde hacía ya bastante tiempo se habían pasado a sistemas monetarios decimales. Una libra pasó a valer 100 peniques, que cambiaron de abreviatura de "d" a "p". Todas las demás monedas fraccionarias desaparecieron. Solamente el chelín y el florín sobrevivieron de forma fantasmagórica, ya que las nuevas monedas de 5 y 10 peniques, al tener exactamente el mismo valor, heredaron su formato, cambiando sólamente el diseño de la cara y de la cruz. A principios de los años 90 este último vestigio se esfumó, ya que las monedas de 5 y de 10 peniques fueron sustituidas por otras de igual diseño pero menor tamaño.

Con la decimalización se perdieron un sinnúmero de palabras coloquiales para referirse a las distintas monedas, como tanner (seis peniques) o joey (tres peniques). Bob, que anteriormente era un chelín, parece haber sobrevivido pasando a significar "libra", aunque no se usa mucho y en la actualidad el término más extendido con diferencia para referirse a esta divisa es el de quid. Otra palabra muy usada es grand, que equivale a mil libras. En lenguaje coloquial ya apenas se usa la palabra "pence", y casi todo el mundo usa pee (en español, "pi"), como en twenty pee (20p). Curiosamente, ninguna de estas palabras tiene plural: uno dice two grand (£2000) o ten quid (£10). Otras formas coloquiales muy extendidas son tenner para referirse al billete de diez libras y fiver para referirse al de cinco.

A quien no se haya aclarado mucho o le haya interesado el tema le recomiendo los enlaces de abajo, en especial el primero, donde con un tono nostálgico se describe de forma muy detallada el variopinto sistema británico predecimal y su argot asociado.

Más información:
Money Slang
Guide to British coin pre-decimal denominations
Lsd (Wikipedia en inglés)
Coins of the pound sterling (Wikipedia en inglés)