jueves, septiembre 28, 2006

Pasándoselo pirata

Parquestrit, como siempre, a la última hora. El pasado 19 de septiembre se celebró el "International Talk Like a Pirate Day", es decir, "Día Internacional De Hablar Como Un Pirata". En su momento se me pasó hablar del tema, pero hoy he desubierto en Pixel y Dixel este vídeo buenísimo y me veo obligado a comentarlo, aunque sea con retraso:



En castellano no existe ninguna jerga de piratas. Cuando en alguna película o libro se quiere caracterizar a un personaje como pirata, se suele recurrir a un lenguaje anticuado aderezado con unas pocas expresiones características ("¡rayos y centellas!", "¡marineros de aguadulce!", etc). En inglés, sin embargo, el habla piratesca tiene personalidad sorprendentemente definida, y una serie de rasgos concretos muy característicos, no sólo de vocabulario sino incluso de gramática. El video de arriba lo explica muy bien; para más detalles sugiero echar un vistazo aquí.

Desde luego, esta jerga piratesca no tiene pinta de tener mucha base histórica. Me imagino que se habrá desarrollado a partir de películas y libros de aventuras como "La Isla del Tesoro" o "Peter Pan". En estos días las historias de piratas no son tan populares como antes, pero su lenguaje sigue vivo como habla cómica a lo chiquitistaní. Es una lástima que en castellano no tengamos nada parecido, ya que nos impide captar toda la gracia en pelis como "Piratas del Caribe" o "Dodgeball" (con su memorable Steve el pirata).

Más información:
Talk Like A Pirate Day, Talk Like a Pirate (Wikipedia)

lunes, septiembre 25, 2006

Memoria histórica

En España últimamente se habla mucho de memoria histórica, etéreo concepto que inevitablemente se ha convertido en otro frente de batalla más en las luchas rastreras entre las distintas tribus políticas y mediáticas. Como ocurre tantas veces en España, en vez de limitarnos a debatir medidas o iniciativas concretas, la discusión se realiza en la elevada esfera de lo abstracto, donde cada uno entiende las cosas como le viene en gana.

España no es, desde luego, el único país que ha descubiero la importancia de tener presente el pasado. En el Reino Unido la memoria tiene mucha importancia en la conciencia colectiva. Remembrance Day, fecha en la que se recuerda a los caídos en las dos grandes guerras mundiales del siglo pasado, es una celebración a la que se le da mucha importancia todos los años.

En esta onda, hace poco descubrí una iniciativa muy intersante de la BBC. Han reunido en un sitio web los testimonios de miles de personas sobre sus vivencias durante la Segunda Guerra Mundial. He estado hojeando por algunas de las páginas y hay historias verdaderamente fascinantes. He sentido gran admiración por el pueblo británico, que supo sobrellevar con entereza los duros años de sitio, sometidos a bombardeos y carestías de todo tipo. Desde luego, de cara a sacar lo mejor de sí mismos tenían la suerte de que se enfrentaban a un enemigo exterior, en vez de matarse unos a otros cruelmente.

Sería fantástico que en España se llevase a cabo una iniciativa similar, que se pidiese a la gente que contase sus experiencias durante la Guerra Civil o la posguerra, y que éstas fuesen reunidas en un archivo accesible al público. Es mejor redescubrir este negro episodio de nuestro pasado por el testimonio de ciudadanos de a pie que a través de nuestros políticos y opinadores profesionales.

Enlace:
WW2 People's War (BBC)

domingo, septiembre 24, 2006

Dogtanian and the Muskehounds

El sábado me lleve una gran sorpresa al encontrarme con esto en una tienda de discos y DVDs:

No tenía ni idea que esta serie de dibujos animados se hubiese distribuido por el mundo anglosajón. Y además con relativo éxito: he descubierto con asombro varias páginas web en inglés de fans de la serie. Hay incluso entrada en la Wikipedia, donde dice algo que no sabía: que aunque fue creada por el estudio español BRB International, fue realizada en Japón. Otra cosa curiosa es que la actriz británica Prunella Scales (la de los anuncios de Tesco) colaboró en la versión inglesa dando voz a la Reina de Francia. Siguiendo mis pesquisas he encontrado en YouTube la entrada de la serie en su versión inglesa:

También se puede encontrar en japonés, aunque la música es distinta.

martes, septiembre 19, 2006

El retorno de Jamie Oliver

El año pasado ya escribí sobre Jamie Oliver, que había dejado los programas de cocina para protagonizar una serie de televisión documental más comprometida, "Jamie's School Dinners", en la que en varios episodios se muestran los esfuerzos de este chef estrella por mejorar la alimentación de los alumnos de un número escogido de colegios de primaria.

La serie fue un éxito tremendo, estimulando la inquietud de la sociedad británica por la alimentación de sus colegiales y forzando al Gobierno a responder en el debate. Ayer pusieron por la tele "Jamie's Return To School Dinners", donde Jamie vuelve para comprobar si la campaña que puso en movimiento de mejorar la dieta de los chavales avanza a buen ritmo.

Borja habla muy bien de ello hoy en esta entrada de su blog, así que no añadiré más. Salvo una cosa: programas como este demuestran que es posible hacer televisión que combine innovación, entretenimiento, compromiso social y que sea éxito de audiencia. Lo podrido del panorama televisivo español, por tanto, no tiene excusa.

Enlace:
Vuelve Jamie (Reciclando Palabras)

sábado, septiembre 16, 2006

Ryanair

Hace pocas semanas, tuvo bastante repercusión en los medios españoles la noticia de cómo a la aerolínea Ryanair le había salido el tiro por la culata al intentar un golpe publicitario de pocos escrúpulos. Esta compañía de vuelos baratos había prometido billetes gratis a quienes acudiesen a una concentración en Barcelona en contra de Iberia. La asistencia fue mayor de la esperada y no se pudieron repartir vuelos suficientes para todos, de modo que los manifestantes mercenarios cambiaron el blanco de sus iras por la compañía irlandesa, formándose un tumulto que obligó a la policía a intervenir y en el que la responsable de la empresa debió de pasar un mal rato.

Ryanair no es una compañía que me caiga muy simpática, y sentí una gran alegría maliciosa al leer la noticia. En el Reino Unido, las prácticas chocantes y mezquinas de esta aerolínea aparecen en la prensa con regularidad. El año pasado Ryanair fue condenada a pagar una indemnización a un discapaticado al que se le había obligado a pagar 18 libras por usar una silla de ruedas para acceder al avión. Meses antes, también tuvo gran eco en la prensa la prohibición a los empleados de la empresa de usar cargadores de móvil en el trabajo. Los trabajadores de Ryanair, también se supo, tienen que comprarse sus propios uniformes y pagarse los cursos de formación. El furor ahorrador de la compañía hace que hayan eliminado los bolsillos de los asientos y que desde hace poco cobren por cada pieza de equipaje facturada. La fantochada más reciente en la que se ha embarcado Michael O'Leary, el excéntrico presidente de la compañía, ha sido demandar al Gobierno británico por las medidas de seguridad extraordinarias que mandó introducir en los aeropuertos después de que, el mes pasado, se abortase un compló terrorista para hacer explotar varios aviones durante el vuelo (suceso del cual Ryanair intentaron sacar tajada, por cierto).

Yo he volado en tres ocasiones con Ryanair. En dos ocasiones fue con billetes realmente baratos: 1 penique por un vuelo a Trieste, y 20 libras por volar a Eindhoven (sin incluir las 20 libras de tasas de aeropuerto). El año pasado volé desde Bristol a Dublín, y aunque no fue por una ganga como las anteriores el vuelo me salió bastante barato. En cuanto a la experiencia, en honor a la verdad en ninguna de las ocasiones fue mala. Los aviones eran de segunda mano y de aspecto bastante destartalado, y el ambiente general era de cutrerío poco disimulado, pero por lo demás el trato fue correcto y no sufrí retrasos ni complicaciones. En suma, mucho mejor que la experiencia habitual en un vuelo de Iberia.

Sin embargo, la obsesión enfermiza de Ryanair por abaratar costes me hace sentir bastante desconfiado. Es sólo cuestión de tiempo que esta racanería acabe haciendo mella en la seguridad de los vuelos. Prefiero mil veces Easyjet, que aunque no ofrece precios tan desquiciadamente baratos, tiene un aire de eficiencia, cortesía y seriedad que me deja mucho más tranquilo cuando vuelo con ellos.

Fuentes:
Una campaña publicitaria de Ryanair en Barcelona provoca las protestas
de centenares de personas (La Vanguardia)
, Ryanair Loses Disability Ruling (BBC), Ryanair's latest cut on costs: staff banned from charging phones (Guardian), Luggage 'ban' for Ryanair flyers (BBC), Ryanair demanda 4,7 millones al Gobierno británico por el caos aéreo (El País)

martes, septiembre 12, 2006

Greñas

Ayer, cuando salía de casa para ir a hacer la compra del emigrante, horas antes de coger el vuelo de vuelta a Bristol, coincidí con el recreo del colegio de al lado, y me di cuenta de lo viejo que soy. La acera estaba llena de adolescentes paseando o sentados en los bancos, y me encontré, como vulgar abuelo cebolleta, escandalizado por el aspecto de muchos de ellos, sobre todo el de los chicos. No tengo problema con los pendientes, los tatuajes o los pantalones de chándal, pero lo que realmente me chirriaba de forma casi intolerable era el nuevo peinado de moda entre la juventud: esa combinación de pelo corto por delante y melenita por atrás, a la que los más atrevidos añaden una semi-cresta.

Quizás la alergia que siento hacia este peinado sea por influencia británica. En el mundo anglosajón, este corte de pelo tiene nombre específico. Se llama mullet, y posiblemente sea considerado el rey de los peinados ridículos. Recientemente, en mi oficina, comenzó a trabajar un tipo algo raro y el comentario general fue "Oh my God -- he's got a mullet!". En la Wikipedia se puede encontrar una entrada en la que se explica la presencia en la cultura popular de este peinado. Otros sitios muy interesantes y que demuestran el pitorreo que genera este indescriptible corte de pelo son Mullet Madness, Mullets Galore o Rate My Mullet. También recomiendo este divertidísimo artículo del Observer.

El deber patriótico debería obligarme a difundir esta información por España como fuese para evitar el ridículo internacional de los jóvenes cuando viajen fuera del país, pero me temo que es demasiado tarde, y que este peinado ha alcanzado ya la corriente general: en el mundial de fútbol pude ver varios jugadores españoles, como Fernando Torres, luciendo ominosos mullets. Y por si hay alguien que lo dude, el que también Santiago Cañizares lo haya escogido para su último look es una suficiente prueba de que este corte de pelo es una autentica calamidad.

miércoles, septiembre 06, 2006

Terrazas

Estoy en Madrid apurando los últimos días del verano, en medio de una inesperada ola de calor. Al principio me alegré de poder volver a vestir bermudas y chanclas, después de lo frustrante que ha sido el agosto en Inglaterra, pero este perpetuo estado de sudor no ha tardado en volverse insoportable. Lo mejor es que estos días estoy pudiendo disfrutar de uno de mis protagonistas favoritos del verano español: las terracitas.

En el Reino Unido es difícil encontrar bares o pubs con terraza, sobre todo fuera de Londres. A veces alguna cafetería o bar se atreve a sacar un par de mesas a la calle, bien pegadas a la fachada, pero no mucho más. En lo que a beber al fresco se refiere, lo típico en Inglaterra son los beer gardens. Se trata de jardines o patios, normalmente en la parte de atrás del pub, en los que hay unas cuantas mesas rectangulares con bancos para sentarse cuando hace bueno. A veces puede encontrarse alguna incongruente sombrilla. En los días de sol y calorcito suele ser muy agradable sentarse a tomar algo en estos sitios, pero de algún modo en ellos nunca siento la sensación de gozo que suelo experimentar en las terracitas madrileñas. Quizás sea el no sentir el bullicio de la ciudad a mi alrededor contrastando con el momento de relajo, sentado con los amigos. O quizás los desnudos y generalmente destartalados bancos de madera de los pubs me resultan más pobres y sin vida que esas mesas redondas de metal equipadas con su dispensador de servilletas y su cenicero, típicas de las terrazas españolas.

En Bristol, más que los beer gardens, suelo preferir algunos bares o cafeterías que tienen un patio interior trasero con un puñado de mesas para sentarse. Las vistas de las partes de atrás de los edificios circundantes, con sus tuberías y tubos de ventilación al descubierto, no son muy elegantes, pero la intimidad del rincón a veces tiene su encanto. Otro sucedáneo de terraza se puede encontrar en muchos bares y restaurantes, que abren de par en par los panales acristalados de la fachada, eliminando la separación entre el interior y la calle.

Desgraciadamente, para cuando me vuelva a Bristol el lunes que viene posiblemente el clima sea ya lo suficientemente húmedo y fresco como para que me dé igual si los bares tienen terrazas o no. En realidad, los pubs ingleses se disfrutan mejor en invierno que en verano. Es en la estación fría cuando las moquetas, las chimeneas y los postres servidos calientes cobran su sentido.

domingo, septiembre 03, 2006

Campeones del mundo

Hoy, como tantos españoles, he redescubierto el baloncesto. El partido de hoy me ha hecho vibrar: por primera vez he visto a una selección española no sólo vencer en un mundial sino hacerlo rotúndamente, sin gestas agónicas ni sufrimientos. Siento, sin embargo, que no tengo ningún derecho de hacer mía esta victoria: como tantos españoles, durante más de diez años he sido totalmente indiferente a este deporte, y eso que durante mis años de bachillerato solía practicarlo bastante. Aunque quizás este anonimato que ha sufrido el baloncesto en España durante tanto tiempo haya sido positivo, evitando que haya sido asfixiado por la hipercomercialización y el acoso de los medios que han asolado el fútbol. En el encuentro de hoy se podía respirar un refrescante ambiente de deporte por el deporte difícil de disfrutar en medio el tinglado que rodea al deporte rey.

Es una lástima porque no voy a poder alardear de esta victoria ante mis compañeros de trabajo ingleses. El baloncesto es un deporte testimonial en el Reino Unido, y apenas recibe cobertura alguna en los medios de comunicación. En las calles británicas se pueden encontrar canchas para jugar, pero mucho menos que en España.

Curiosamente, lo más parecido al baloncesto que he visto en la televisión británica es el netball. Se trata de un deporte de aspecto similar pero con reglas bastante distintas. Su característica más chocante es que las canastas no tienen tabla, sino que están sujetas de un poste. El netball es un deporte principalmente femenino, y es una de las disciplinas que forman parte de los Commonwealth Games, que son una especie de juegos olímpicos organizados periódicamente entre países de la Commonwealth, es decir, antiguas colonias británicas.

Más información: Basketball in England (Wikipedia en inglés), England Basketball, Netball (Wikipedia en inglés)