lunes, noviembre 24, 2008

Con esas zapatillas no pasas

Aún sigue coleando en los medios de comunicación españoles una noticia que saltó la semana pasada: un joven murió tras ser apalizado por un grupo de porteros tras ser echado de una discoteca de moda. La alarma social generada ha sido grande, y las autoridades madrileñas han ofrecido un buen ejemplo de lo que en inglés se suele llamar una knee-jerk reaction, es decir, una reacción refleja apresurada (y, por tanto, probablemente irreflexiva): el Ayuntamiento se han apresurado a cerrar un puñado de locales y la Comunidad ha anunciando que se implantará un reglamento que regule el funcionamiento de los porteros de local.

Si al final realmente lo hacen, será algo de lo que felicitarse. Los porteros de discoteca de Madrid siempre me han parecido un colectivo poco profesional. No estoy metido en el mundillo, pero la impresión que da es que los locales contratan al amiguete musculitos del propietario, quien no tiene ni idea de cómo tratar a la gente ni está formado sobre cómo afrontar situaciones comprometidas.

Como el lector se estará oliendo, este es uno de esos posts en los que comento una particularidad española y la enfrento con otra inglesa. Desgraciadamente, en el cuestión de los porteros de local, Inglaterra está por delante. Allí, los bouncers (como se les conoce coloquialmente) son bastante mas atemorizadores que en España: moles rapadas ceñudas de al menos cien kios vestidas siempre de negro, con un su licencia de la Security Industry Authority colgándole del cuello. Pero a pesar de su aspecto, suelen ser educados, a menudo te abren la puerta para que entres y te despiden con un "good night" cuando dejas el local. Las veces que les he visto en acción para reducir a algún revoltoso me ha sorprendido su eficacia: en dos segundos le han inmovilizado con una llave; en poco más ya lo han empujado fuera del local, sin mucho mimo, desde luego, pero sin violencia innecesaria.

En una ocasión fue espectacular: estaba yo en un club londinense, cuando de pronto vi a dos jóvenes caer al suelo en medio de una violenta pelea a puñetazos. Al instante siguiente ya se había presentando en la escena un segurata. No intervino, sino que parecía hablar por el pinganillo con sus compañeros. A los pocos segundos, éstos aparecieron: tres o cuatro armarios roperos abriéndose paso entre la multitud. Separaron a los chavales, cogiéndolos en volandas como quien coge sacos de patatas, y en menos que canta un gallo se los habían llevado de la pista de baile. Desde luego, no tengo ni idea del trato que recibieron los jovenes después de ser trincados por las moles de negro.

Tiene sentido que en Inglaterra obliguen a sus porteros a estar más preparados: ahí el ambiente nocturno es mucho más violento que en España. En Inglaterra, saliendo por la noche, siempre me he sentido más inseguro que en España. No sólo es que la gente va mucho más borracha: de algún modo, los ingleses cuando beben tienen muchas más ganas de bronca, y hay que tener cuidado para no meterte en líos. En España todo el mundo va mucho más relajado y con ganas, simplemente, de pasarlo bien.

Más información:
El joven agredido por unos porteros tenía el corazón reventado de las patadas (El País)

jueves, octubre 16, 2008

Robert Peston Superstar

La hecatombe financiera de estas semanas ha alumbrado una nueva estrella en el Reino Unido: se trata de Robert Peston, redactor jefe de la sección de Economía de la BBC. Durante estos fatídicos días ha estado en el ojo del huracán, explicando a los ciudadanos británicos las complejidades del credit crunch, destapando scoops (exclusivas) como la de la fusión entre Lloyds y HBOS, y ganándose la admiración de sus colegas profesionales (ejemplo, ejemplo y ejemplo). Ha adquirido tanta celebridad e influencia que hasta le acusan de provocar caídas bursátiles con sus reportajes.

Su popularidad no sólo se debe a su talento como periodista sino a su estilo tan personal ante las cámaras. Sus gesticulaciones, sus corbatas, su acento descuidado y su voz cantarina le alejan bastante de la sobriedad y exquisitez de expresión habituales en los demás periodistas de la BBC. Fuera del Reino Unido, desgraciadamente, no le podemos ver en pantalla sino que nos tenemos que conformar con su excelente blog, aunque si realmente tenéis curiosidad por verle en acción, en el sitio web de la BBC se pueden ver un puñado de vídeos de reportajes suyos (como éste).

Más información:
Blog de Robert Peston (BBC), You can bank on him (Independent), Reporter blamed for helping trigger shares fall (Daily Mail), Our man in the Square Mile (The Guardian)

sábado, octubre 11, 2008

Compro oro

Leí anteayer que Gallardón, alcalde de Madrid, había presentado una nueva normativa por la que en breve se va a perseguir la práctica de los hombres anuncio (además de otras como repartir octavillas o los anuncios de neón). El motivo dado es que son prácticas "degradantes". La frase en la ordenanza es, creo "se prohíbe la utilización de personas como soporte publicitario". De ser así parece que también tendrán que prohibir las equipaciones de los jugadores de fútbol, includas las del Real Madrid, quienes además publicitan algo tan poco edificante como una casa de apuestas.

Quizás todo esto tenga relación con la reciente decisión de las autoridades del Concejo de Westminster, en Londres, de prohibir los sandwich boards, que es como los llaman allí. En esta ciudad, esta costumbre ha estado siempre muy extendida. De ello ya hablé en este blog hace un par de años (enlace), pero merece la pena rescatar este enlace que propuse en su momento: un reportaje del Guardian sobre los hombres anuncio del West End londinense.

Enlaces:
Hombres anuncio en Londres (Parquestrit)
The Board Guys of London´s West End (The Guardian)
http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/england/london/7553371.stm

sábado, octubre 04, 2008

Palabras zumbonas: credit crunch

Lo que en España estamos llamando simplemente "crisis" (palabra solemos usar para referirnos tanto para situaciones económicas mundiales como para las rachas de malos resultados de un equipo de fútbol) en el Reino Unido es el credit crunch (más o menos literalmente, "desplome del crédito") . No sé si esta forma de aludir a la presente situación de falta de liquidez del sistema financiero la inventaron en EE UU o en tierras británicas, pero no hay duda de que ha arraigado bien en este lado del Atlántico. En estos meses esta expresión no se les cae de la boca (o de la pluma, o de los dedos que aporrean al teclado) a los británicos. Estuve en Bristol a finales de agosto y me dio la impresión de que allí la sensación de inquietud ante la situación económica es mucho más aguda que en España. Y no es de extrañar; yo mismo noté la dentellada de la inflación: para la vuelta, como siempre, quise reservar un un taxi al aeropuerto y me dijeron que el precio había subido de 18 a 23 libras (con lo que decidí ir en autobús). Durante todos estos años, la inflación ha estado en torno al dos y pico por cierto, y recientemente ha pegado un subidón hasta rondar el 5% de IPC.

La cuentas en el Reino Unido, en efecto, ha empeorado bastante. Durante toda la década de los noughties (¿de los "ceroenta"?) los británicos se han jactado de contar con una economía más dinámica y próspera que la de las viejas glorias europeas (Francia y Alemania). Desgraciadamente, han resultado estar mucho más expuestos a la debacle de las hipotecas temerarias, y la posterior contracción del crédito y las tormentas financieras pueden hacer mucho daño a un país en donde los servicios financieros casi llegan al 10% de la economía.

miércoles, septiembre 10, 2008

Al final estalló

"De momento, no es más que un baile de números: 12% del valor de la vivienda esfumado en un solo año; un 71% menos de hipotecas concedidas; número de compraventas más bajo de los últimos 30 años; 15.000 millones menos de euros en préstamos bancarios concedidos; una de cada siete viviendas previstas que en dos años valgan menos que el saldo pendiente de su hipoteca; aumento de ejecuciones en un 24%; 45000 familias con riesgo de perder su casa.

Estas cifras nos fascinan. Aparecen con grandes titulares en las portadas de los periódicos y en las cabeceras de los telediarios. La vivienda es nuestra gran y fundamental obsesión nacional. Hasta un extremo casi único en el mundo -- ciertamente, en Europa -- seguimos cada tic del mercado con fascinación. Cuando éste está en dificultades, es como si el alma de la nación estuviese en juego.(...)

"Con la ayuda de sucesivos Gobiernos, encantados de que nos sintíeramos ricos, satisfechos y proclives a votarlos, y de un plantel de instituciones financieras ávidas de beneficio embarcadas en un irresponsable frenesí crediticio, hemos logrado convertir en mero bien lo que debería ser un derecho humano fundamental: poder contar con un techo sobre nuestras cabezas"
Estos apocalípticos párrafos que cito no se refieren a España sino al Reino Unido. Los he extraído de un reportaje publicado hace días en el Guardian sobre la calamitosa situación del mercado inmobiliario en este país. El Reino Unido, junto con Irlanda y España, parecen ser los países donde con más dureza se está sintiendo el estallido de la burbuja inmobiliaria.

2008.08 Bristol 168No soy ningún experto en la materia ni estoy al tanto de la lluvia de cifras y estadísticas que nos riegan desde los medios continuamente, pero a la fuerza la naturaleza de la crisis ha de ser distinta. En 2006, en plena bonanza, en el Reino Unido se construyeron apenas 185000 nuevas viviendas. En ese mismo año, en España se visaron 865.561, y recordemos que la población del Reino Unido es un 40% mayor que la de España.

Esta diferencia se puede ver claramente al moverse por Inglaterra. Es muy raro encontrarse en las afueras de pueblos y ciudades las grandes extensiones de urbanizaciones en construcción tan frecuentes en España, donde la grúa es un elemento permanente del paisaje. Desde luego, en Inglaterra se construye vivenda nueva, pero casi siempre suelen ser pequeñas promociones de unas pocas docenas de pisos, normalmente dentro del casco urbano.

Generalmente, las autoridades son reacias a autorizar la urbanización de los terrenos a las afueras de las poblaciones. Quizás porque no tienen la necesidad de financiarse a golpe de recalificación, o por la oposición de los residentes, quienes temen que las nuevas promociones hagan que baje el precio de la vivienda en la zona. Además, existe la convicción de que el crecimiento de las ciudades ha de ser contenido. De hecho, en Inglaterra hay definidos por ley cuatro anillos verdes o green belts alrededor de las principales localidades (entre ellas Londres) donde el desarrollo urbanístico está limitado.

La escasez de vivienda ha hecho precisamente que Gordon Brown anunciara en 2007 su pretensión de que se construyeran 240000 viviendas anuales durante los próximos años, objetivo que la crisis hace muy complicado cumplir.

2008.08 Bristol 167El panorama, como se puede ver, es muy distinto al de España, donde lo que sobra a patadas son precisamente viviendas nuevas. Me imagino que en el Reino Unido, una vez se sosieguen las limitaciones al crédito, el mercado inmobiliario volverá a repuntar, por el simple hecho de que la vivienda allí es un bien escaso. En España, con millones de pisos sin vender, me pregunto si saldremos de ésta tan fácilmente.

Más información:
The Property Ladder (Parquestrit)

(Las fotos son de una nueva promoción de pisos bastante grande que han construido en Bristol hace poco, para que veáis un ejemplo de vivienda nueva en Inglaterra).

miércoles, agosto 20, 2008

Vacaciones

Cuando vivía en Inglaterra mis amigos y familia, en verano, me solía preguntar "¿cuándo te coges las vacaciones?". La respuesta era complicada: solía cogerme una semana en junio para ir a Madrid, unos diez días en agosto o septiembre quizás para irme a algún otro lado de turismo, y desde luego tenía mís días reservados en navidades, Semana Santa y varios puentes repartidos a lo largo del año. Vamos, que más que vacaciones lo que tenía era days off, periodos cortos de escapada que distribuía a lo largo del año de la forma más eficiente posible.

Este es primer año entero en España y por primera vez en mi vida laboral estoy viviendo unas Vacaciones a la española, con uve mayúscula. Un poco más de 15 días que están sabiendo a gloria. La primera semana la estoy pasando en Madrid, despertándome tarde y tragándome las Olimpiadas como no lo había hecho desde que era estudiante, y mañana me voy a Inglaterra a pasar el resto de la vacación allí. Espero recopilar nuevas historias que contar en este blog, que últimamente está bastante inactivo por culpa de mi reciente mudanza y las inmisericordes rutinas laborales españolas. Nos vemos en septiembre.

jueves, julio 17, 2008

Clear as mud

El otro día llegó a mis manos una carta de admisión de la UNED. Después de un par de párrafos informando de plazos de matrícula y procedimientos, concluía con el siguiente párrafo:

Contra esta Resolución, que agota la vía administrativa, podrá interponer potestativamente recurso de reposición ante este Rectorado en el plazo de un mes, o recurso contencioso-administrativo ante el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo en el plazo de dos meses (...).
¿Lo qué? Que levante la mano el que haya entendido una palabra. Estoy seguro de que al menos nueve de cada diez personas que lean este texto no tendrán ni idea de lo que quiere decir. Estoy hablando de un tema que ya mencioné de paso en una de mis entradas recientes: lo incomprensible que suele ser el lenguaje empleado por las entidades públicas para comunicarse con el ciudadano. Muy a menudo, la información disponible al ciudadano en folletos o en Internet suele ser un simple copiapega de la legislación. No se hace ningún esfuerzo por expresarse de una forma accesible a todo tipo de audiencias, y estoy seguro de que esto perjudica especialmente a quienes tienen un nivel educativo más bajo o simplemente han venido de fuera y aún no dominan nuestro idioma.

En el Reino Unido no suele ser así. Desde luego, hay muchos lugares donde el inglés que utilizan es de lo más rebuscado, pero por lo general cuando alguna organización pública o privada se dirige a ti el estilo suele ser razonablemente comprensible. De hecho, en este país hay incluso una organización con bastante solera cuyo objetivo es promover el lenguaje llano en la comunicación con el gran público. Se trata de la Plain English Campaign, y su logotipo de un diamante aparece en no pocos formularios y folletos de entidades públicas y privadas. En su sitio web se puede encontrar un documento muy interesante que da directrices sobre cómo escribir en inglés llano. Muchas recomendaciones aluden a la gramática o a las particularidades de este idioma, pero la gran mayoría son extensibles a otras lenguas como el español: escribir con frases cortas, evitar la voz pasiva, utilizar la primera y la segunda persona, etc.

Más información:
Plain English Campaign

sábado, julio 05, 2008

¡Sigo aquí!

Me he mudado de domicilio. Esto conlleva pasar por una serie de situaciones, como por ejemplo tener que quedarse algún día a comer en el Ikea (¡esas albóndigas suecas, ugh!), y por supuesto la falta absoluta de tiempo libre, que ha de ser empleado en organizar un poco el caos que en estos momentos asola mi nuevo piso.

Si a esto le unimos la falta de conexión a Internet en casa por culpa de la incompetencia de Telefónica, que dos semanas después de solicitarlo aún no me han logrado realizar el traslado de línea, es evidente que las condiciones no son muy propicias para publicar entradas regularmente en el blog.

Mis disculpas a los lectores. Prometo retomar Parquestrit tan pronto como pueda.

martes, junio 17, 2008

Biba llo i mi hortografía

song chart memesNo hace falta pasar mucho tiempo viviendo en Inglaterra para darse cuenta de que la ortografía no es uno de los fuertes de los ingleses. En el trabajo en seguida pude comprobar que los extranjeros solíamos escribir con más corrección que los nativos. Los errores estrella que observaba eran confundir its (posesivo) con it's (contracción de it is), y we'll con will. También les costaba mucho encontrar el número correcto de consonantes dobles en determinadas palabras (como por ejemplo accommodation o occurrence), o saber qué vocal va en determinadas sílabas átonas (ensure e insure).

Desde luego, muchas de estas dificultades las hemos tenido los extranjeros que hemos tenido que aprender inglés, pero curiosamente mi impresión es que los españoles solemos terminar nuestros estudios del idioma con una ortografía muy aceptable, yo diría que incluso mejor que la de un inglés medio. A nuestro favor está, claro está, que muchas palabras inglesas de origen latín se escriben de forma muy similar en nuestro idioma.

Para mí, durante los primeros meses en los que mi fluidez con el idioma era bastante lamentable, ver que mi lenguaje escrito era más correcto que el de los compañeros de oficina que me rodeaban era fuente de consuelo, aunque con el tiempo a base de leer y escribir correos electrónicos escritos deprisa y corriendo se me fueron pegando muchas incorrecciones.

Más información:
The 25 most common misspelled words (test)

domingo, junio 08, 2008

Segunda temporada de That Mitchell & Webb Look

Un poco tarde me he enterado de que la BBC ha emitido hace un par de meses la segunda temporada de "That Mitchell & Webb Look". De estos humoristas geniales hablé el año pasado en este blog, y quiero aprovechar la ocasión para recomendarlos de nuevo encarecidamente (a quien tenga buena comprensión oral de inglés, me temo). En la nueva temporada se pueden ver sketches tan divertidos como éste (muy de actualidad ahora que estamos metidos en la Eurocopa).

Otro realmente bueno es también este otro, que parodia los documentales morbosos de Channel Five.

En YouTube hay disponibles muchos sketches de Mitchell & Webb. Los episodios enteros están a la venta en DVD, y también en Internet por medios más informales.

jueves, mayo 29, 2008

Echo de menos el tax code

En estos días estoy sufriendo lo que, para la mayoría de los españoles ya metidos de lleno en su vida laboral, no es más que un fastidio anual al que ya están acostumbrados, pero que para mí es una tortura novedosa: preparar la declaración de la renta.

En efecto, cuando me fui a vivir a Inglaterra aún no ganaba lo suficiente como para tener que presentarla, así que esta es la primera vez que tengo que hacerlo en España. He de reconocer que la Agencia Tributaria hace un gran esfuerzo por poner las cosas sencillas para el ciudadano: te prepara borradores de la declaración, te envía información fiscal, incluso te permite que pidas cita para que un funcionario te haga la declaración por ti. Todo esto está bien si te conformas con meter tus datos fiscales en el programa P.A.D.R.E, dar a la manivela y obtener la cantidad de dinero que te corresponde pagar. Si te atreves a rascar un poco la superficie, cometiendo la osadía de querer entender cómo se calculan esos números, y te atreves a hojear el manual de la renta 2007, entre sus 770 páginas encontrarás párrafos tan herméticos como éste:
Para asegurar una misma disminución de la carga tributaria para todos los contribuyentes con igual situación familiar, sea cual sea su nivel de renta, el importe correspondiente al mínimo personal y familiar ya no reduce la renta del período impositivo para determinar la base imponible, sino que pasa a formar parte de la base liquidable para gravarse a tipo cero.
Como diría un inglés, clear as mud. Tras dedicar un par de horitas he sido capaz de entender en líneas generales cómo se calcula el impuesto, experimentando uno de mis frecuentes momentos de añoranza del Reino Unido, donde todo papeleo era inmensamente más sencillo que en España.
En el Reino Unido, para empezar, la declaración de la renta (conocida como tax assesment o, más habitualmente, tax return) está obligada a presentarla mucha menos gente: salvo que ganes una cantidad de dinero respetable, seas autónomo, o tengas ingresos o gastos exóticos que estén fuera del sistema de retenciones, lo más seguro es que te libres. En los seis años y medio que viví en el Reino Unido, no tuve que presentarlo ni una vez.

Esto es posible gracias al sistema de retenciones PAYE, por el cual cada mes siempre te retienen la cantidad correspondiente al tramo de impuesto de la renta que te corresponde, y si por cualquier motivo (algún ingreso extraordinario, quizás) pagas más o menos, el siguiente mes la retención se ajusta para compensarlo.

En cuanto al impuesto en sí, tiene similitudes con el español. En el Reino Unido hay menos tramos y el tipo de gravamen superior es menor (un 40% en vez de un 43%). Una de las deducciones estrella del IRPF español, la compra de vivienda, no existe en el Reino Unido (donde, sin embargo, el stamp duty, equivalente al impuesto de transmisiones patrimoniales, es mucho más benigno).

El impuesto de la renta, por cierto, fue hace poco el protagonista de una de las peores crisis políticas que Gordon Brown está teniendo que capear. Una reciente reforma que reordenaba los tramos, perjudicando a millones de personas de rentas bajas. El peligro de una rebelión interna laborista forzó al ministro de economía Alasdair Darling a dar marcha atrás e introducir cambios para suavizarla.

miércoles, mayo 21, 2008

Old Bailey

Old Bailey es el nombre del edificio que acoge al Central Criminal Court en Londres, el más importante de los juzgados que componen la Crown Court, uno de los pilares del sistema judicial de Inglaterra y Gales (que está separado del de Escocia y del de Irlanda del Norte). Su jurisdicción se limita a la capital, aunque en ocasiones excepcionales también tratan casos de otras partes de Inglaterra.

Old Bailey es uno de los protagonistas habituales de los noticieros británicos, pero recientemente fue noticia por motivos más amables que los serios crímenes que se juzgan en él. Desde abril es posible consultar en Internet el archivo de sumarios instruidos desde 1674 hasta 1913. He echado un vistazo al azar con un par de términos de búsqueda y el resultado ha sido muy interesante y hasta simpático por el carácter cotidiano de los muchos de los delitos registrados, algunos de ellos de bastante poca monta. El lenguaje es bastante llano de modo que no es tan difícil de entender como uno podría imaginar.

Enlace: Proceedings of the Old Bailey 1674-1913

martes, abril 29, 2008

Lavado de cara de los bolsillos británicos

A principios de abril, Royal Mint, la ceca británica, desveló los nuevos diseños que pronto decorarán el reverso de las monedas en circulación en el país y que fueron escogidos mediante concurso público. Aún no las he tenido en mis manos, pero viendo las imágenes que hay disponibles en Internet mi opinión es que los nuevos diseños son excelentes: elegantes y de aspecto muy contemporáneo. Muchísimo más bonitos que las monedas de euro, cuya cara común es vulgar e insípida, y cuyas caras nacionales en general tampoco muestran gran ambición estética (desde luego, no las de España).

Los nuevos diseños de moneda británicos han levantado cierta polémica. Muchos galeses se han molestado por no encontrar ningún símbolo de su país en ellos. Esto se debe a que las nuevas monedas están decoradas exclusivamente con el escudo británico, en el cual no hay presente ningún elemento propio de Gales. Anteriormente, las monedas de dos peniques mostraban las plumas del príncipe de Gales y algunas monedas de libra estaban decoradas con el dragón.

Otros han lamentado la desaparición de Britannia, alegoría femenina del país cuya presencia en las monedas inglesas data del siglo XVII, y que hasta ahora decoraba las monedas de 50 peniques.

Más información: Coins of the pound sterling (Wikipedia)

martes, abril 15, 2008

Ríos de sangre

El próximo día veinte de este mes se cumplen veinte años de que el político conservador Enoch Powell pronunciara en un hotel de Birmingham, ante activistas tories, su famosísimo discurso conocido como "Rivers of Blood", uno de los más importantes de la historia británica reciente.

En el discurso, con claros tintes racistas, Powell denunciaba la generosa política de inmigración británica de esos años, que ponía pocas trabas a la llegada de ciudadanos de países de la Commonwealth. Auguraba un futuro catastrófico en el que "en veinte años el hombre negro tendrá bajo su látigo al hombre blanco", y citaba una línea de la Eneida de Virgilio, "Guerras, hórridas guerras, y el Tíber espumante de la mucha sangre estoy viendo", que acabaría dando nombre a su alocución.

El discurso fue muy polémico, y Powell fue cesado fulminantemente de su puesto de ministro de Defensa en la sombra por el líder conservador Edward Heath. No obstante, una proporción grande de la población simpatizaba con sus ideas, y recibió numerosas muestras de apoyo, entre ellas una huelga de estibadores, 1000 de los cuales marcharon a Londres para expresar su desacuerdo con su cese. Con los años, en la cultura política británica, Powell se convertiría en el paradigma del lado oscuro xenófobo del país. En la actualidad, su figura sólo es reivindicada abiertamente por la ultraderecha.

Enoch Powell era un personaje peculiar. Tenía una gran erudición y una capacidad intelectual prodigiosa, que le ayudó a convertirse en catedrático de Griego en la Universidad de Sydney con tan sólo 25 años. En la II Guerra Mundial alcanzó el grado de teniente coronel. Después de su discurso no volvió a ostentar cargo de responsabilidad en el partido Conservador. Lo abandonó finalmente a mediados de los años setenta, como protesta por la entrada del Reino Unido en la Comunidad Económica Europea. Acabó su vida política en Irlanda del Norte como diputado unionista.

Más información:
Enoch Powell's "Rivers of Blood" speech (Telegraph), Obituario de Enoch Powell (The Guardian), Rivers of Blood speech (Wikipedia)

lunes, abril 07, 2008

Corta el rollo repollo

La fiebre de las promociones en la prensa diaria parece ser un fenómeno que afecta a toda Europa, supongo que debido a la caída de ventas. Pero mientras que en España la moda son las interminables cartillas de cupones para adquirir DVDs o incluso artilugios electrónicos, en Inglaterra tienen más inventiva: el Guardian ha decidido acompañar su edición de hoy con un obsequio consistente en semillas de repollo.

domingo, marzo 23, 2008

La pinta pierde la corona

En mi última escapada a Inglaterra de hace unas semanas, al hacer la visita obligada al pub, observé con extrañeza que del borde del vaso en el que me sirvieron mi cerveza había desaparecido el tradicional dibujito de la corona al que estaba acostumbrado. En su lugar encontré el simbolo europeo "CE" acompañado de un críptico conjunto de números y letras.

He estado investigando y parece ser que es la consecuencia de una directiva europea sobre instrumentos de medida que entró en vigor recientemente. He aprendido también que el símbolo de la corona data de 1699, cuando empezó a utilizarse como marchamo que certifica que el recipiente tiene el volumen reglamentario. El dibujito, hasta hace poco, iba acompañado de un número que identifica la oficina inspectora que ha verificado su conformidad.

Extrañamente, no he encontrado mucho eco en los principales medios de comunicación sobre la sustitución de la corona por el "CE" (que, por cierto, por fin sé qué significa: conformité europeene). Hay mención de ello en la BBC, en el Independent, y en términos bastante más furibundos, como no, en el Daily Mail, ese diario ultraconservador que no pierde oportunidad de entrar al trapo ante los atropellos de Bruselas, sean reales o inventados.

En esta ocasión, sin embargo, no puedo evitar sentir cierta simpatía hacia quienes lamentan la pérdida de la corona. Este detallito coqueto decoró muchos tragos durante mis años de vida en Inglaterra, y es indudablemente mucho más pintoresco que el árido sello de la burocracia europea.

Más información:
Why do pint and half pint glasses in pubs have a crown and a number on them (The Guardian)
, Imperial pint loses its crown (Pub Philosopher), EU stealing the crown of the great British pint (Daily Mail), Brewers battle to save crown mark (BBC), Brewers petition Blair over EU's move to decrown pints (Independent)

martes, marzo 18, 2008

Más sobre Delia

Ayer me quedé con las ganas de poner más cosas sobre Delia. Aquí tenéis un video sacado de su época dorada en TV, en el que explica cómo preparar un plato inglés muy popular.



Podéis encontrar más recetas aquí y aquí.

También es muy interesante este otro video, en el que Delia da rienda suelta a su pasión futbolística en un partido del Norwich:

lunes, marzo 17, 2008

Las trampas de Delia Smith

Una de las últimas sensaciones en Inglaterra ha sido el retorno de Delia Smith. Delia es la matriarca de todos los superchefs televisivos: antes que Jamie, Nigella, Ramsay o Rhodes, allí estaba ella, allá por los años ochenta, enseñando a una generación entera de británicos a cocinar. Su estilo personal es el del no nonsense: enseñar concienzudamente, sin florituras, como preparar los platos más sencillos.

Tuvo unos orígenes bastante modestos. Terminó los estudios secundarios sin obtener ningún diploma, tras lo cual comenzó a trabajar en Londres de peluquera. Le siguieron otros empleos intrascendentes hasta que comenzó a trabajar en un restaurante primero como limpiadora y luego como camarera. Por entonces comenzó a frecuentar la sala de lectura del Museo Británico, donde comenzó a estudiar recetarios y a interesarse por la cocina.

Por azar entabló contacto con una agente literaria, que le consiguió un trabajo de columnista gastronómico en el Daily Mirror, con cuyo viceeditor se casó poco después. En 1971 publicó su primer libro, y dos años después apareció protagonizó en televisión su primer programa. Fue sin embargo el programa posterior de la BBC Cookery Course, el que la que la convirtió en una de las personas más célebres del país. A finales de los 90 consolidó su estrellato con el programa Delia's How to Cook, de cuyos libros de acompañamiento se vendieron millones de ejemplares. Delia se retiró de la televisión en 2003, tras lo cual su labor pública más destacada fue el apoyo que ha dado al club de fútbol Norwich, del que posee una participación mayoritaria.

Ese retiro ha resultado no ser definitivo, y Delia ha regresado fulgurantemente al Olimpo de la popularidad con un nuevo programa en la BBC que comenzó a emitirse la semana pasada. Y no sin polémica: su nuevo libro, How to cheat at cooking (de igual nombre que el primero que publicó, y lleva semanas en las librerías vendiéndose como rosquillas) ha levantado bastante revuelo. El paladar británico, al menos en apariencia, ha evolucionado bastante desde aquellos tiempos en los que Delia enseñaba a los teleespectadores cómo cocer un huevo. Ahora la gente está familiarizada con el aceite de oliva, los productos ecológicos, el queso feta y el vinagre de Módena . El nuevo libro de Delia, quizás como reacción algunos excesos de esnobismo culinario, propone cocinar con atajos tales como usar carne picada en lata o puré de patata congelado. Esto ha escandalizado a mucha gente, y algunos comentaristas la han acusado de querer sabotear el recién nacido gusto de los británicos por la buena alimentación proponiendo una vuelta a los alimentos prefabricados.

No parece que estas críticas vayan a hacer mucha mella en la enorme popularidad de alguien que ya tiene asegurado su lugar en la historia de la cultura popular británica del siglo XX. Como ya ha ocurrido en el pasado, la nueva serie de TV y la publicación de su libro han hecho que aflore de nuevo el efecto Delia: las ventas de los productos y utensilos recomendados por ella se han disparado en todo el país.

Más información:
Delia Smith on How to Cheat on Cooking (Telegraph)
First, take your frozen mash (The Guardian)
Página web oficial de Delia Smith

sábado, marzo 08, 2008

Lávalo guarro

Golfing is funEn Inglaterra no suelen llegar aires del Sahara que cuando llueve lo dejan todo perdido, pero como en España también es frecuente encontrase coches a quien no haría daño una visita al autolavado.

Al toparse con un coche así el deber civíco obliga a escribir sobre él algún mensaje gracioso. En España suelen ser del tipo "Lávalo guarro". En Inglaterra, país con una sensibilidad más refinada, tienen un humor más sutil. El lema más frecuente suele ser I wish my wife was this dirty, es decir, "ojalá mi mujer fuera tan sucia" (en el sentido sexual, se entiende). Desde luego, admite variaciones (my girlfriend, o el campechano my missus).

Otras gracietas más inofensivas suelen ser also available in white (cuando el coche es de color blanco), aunque hay gente que realmente hace esfuerzos para ser ingenioso, como en la foto de arriba. Golfing is fun.

miércoles, febrero 27, 2008

Desayuno de los domingos

Sunday brunch
Fried egg (huevo frito), hash browns (tortitas de patata fritas), sausage patties (hamburguesa de salchicha), mushrooms (setas), bacon, grilled tomato (tomate a la plancha), black pudding (morcilla) y pan.

martes, febrero 19, 2008

¿Qué tal conduzco?

En Inglaterra es bastante común encontrar en las carreteras furgonetas y camiones con una pegatina detrás que pone "How's my driving?", "Well driven?" o algún letrero similar junto con un número de teléfono. La idea es que si la gente puede llamar a protestar a la empresa por la conducción incívica de alguno de sus chóferes, estos se verán animados a circular de forma prudente y cortés.

Todo esto suena bastante razonable, pero siendo los ingleses como son, era inevitable que lo llevaran un paso más allá. Aunque muchas de estas pegatinas son iniciativa de la empresa propietaria del vehículo, existen al menos un par de organizaciones a las que uno se puede afiliar para que te gestionen el sistema, recogiendo las llamadas y comunicando incidencias. Una de las más extendidas se llama precisamente "How's my driving", y se reconoce por sus característico símbolo amarillo y negro de forma triangular.

2275948463_820e154e5d_oEsto del "¿qué tal conduzco?" es un buen ejemplo de práctica que no tendría sentido implantar en España, donde conducir como ogros estreñidos es la norma. La gente lo que haría sería echar mano del móvil al volante y llamar en el momento para soltar un buen par de palabras gruesas. Sin embargo, hace un par de meses me sorprendió esta furgoneta que sí llevaba un letrero similar aunque más prolijo. Vean, vean (pinchar en la foto para ampliar; el borrón en el número es mío).

martes, febrero 05, 2008

Pulling a sickie

¿Te quedaste ayer en casa y no fuiste al trabajo fingiendo enfermedad? Según un estudio publicado hace pocos años (del que no he encontrado rastro en Internet y que quizás no exista), el primer lunes de febrero es en Inglaterra el día de mayor absentismo laboral de todo el año. Es por ello que últimamente este día se conoce jocosamente como el National Sickie Day. Quizás tenga relación con el saddest day of the year, el día más triste del año, que cae en 26 de enero y que también fue descubierto recientemente.

"Sickie" es una palabra coloquial bastante simpática. Empleada en la expresión to pull/throw/chuck a sickie, se refiere a la práctica de faltar al trabajo alegando una dolencia o enfermedad falsa. El año pasado, un estudio patrocinado por la patronal británica CBI desveló que el 12% de las ausencias laborales por motivos de salud eran falsas [el estudio llegaba a esta cifra mediante un método bastante dudoso: preguntando a los empresarios cuántas ausencias pensaban que eran por enfermedad fingida].

Al margen de encuestas posiblemente interesadas, el sickie otro elemento más del interesante folklore laboral británico. Como siempre, los británicos no sólo tienen una expresión concreta para hablar de este fenómeno sino que ésta figura con bastante frecuencia en artículos de prensa.

Enlaces:
National sickie day
The art of the sickie (BBC)

sábado, febrero 02, 2008

Hand of God

¿Qué pensáis de Tassotti? Si no sabéis de fútbol lo más probable es que no tengáis idea de quién estoy hablando. Tassotti es el jugador de la selección italiana que, en los últimos minutos del partido de cuartos de final entre España e Italia del Mundial de 1994, le propinó a Luis Enrique un codazo dentro del área (vídeo) que le dejó sangrando. Esta agresión debió haber sido penalty, con el cual España hubiese podido empatar el partido que iba perdiendo, pero el árbitro no lo vio y España acabó eliminada.

Quizás me equivoque, pero dudo mucho que a mucha gente esta historia le siga quitando el sueño. En Inglaterra, sin embargo, este tipo de cosas se toman bastante más en serio. Esta semana el tabloide The Sun, uno de los diarios más vendidos del país, publicó una entrevista a Maradona en la que este jugador se disculpaba por primera vez del célebre gol de la "Mano de Dios"(vídeo) que marcó a Inglaterra en cuartos de final del mundial de México del 86 y que les eliminó. En Inglaterra se toman su selección nacional mucho más en serio que en España, y ese episodio de su historia deportiva aún forma parte de la memoria de la gente, tanto que esta noticia de la supuesta disculpa (bastante descafeinada) ha tenido cierta resonancia en varios medios de comunicación serios como el Times o la BBC.

Desde luego, la talla futbolística de Maradona es grandísimamente mayor que la de Tassotti lo cual hace que el episodio de la Mano de Dios siga siendo recordado (incluso fuera de Inglaterra), pero lo que me hace gracia es que, pasados más de veinte años, los ingleses siguen dolidos ante aquella injusticia deportiva.

Enlace:
Entrevista de The Sun a Maradona

miércoles, enero 23, 2008

La carga de la brigada ligera

Hoy me he enterado de algo curioso: el personaje que protagonizó uno de las episodios militares más espectaculares y controvertidos de la historia británica es el mismo que dio nombre a las chaquetas de punto.

Estoy hablando de James Brudenell, el séptimo conde de Cardigan, y el célebre hecho histórico del que hablo es la carga de la brigada ligera. Este sucedido puede verse como una de las muestras de valentía más grandes o, al mismo tiempo, como una de los ejemplos más espectaculares de incompetencia militar. Tuvo lugar el 25 de octubre de 1854 en el marco de la Guerra de Crimea, el primer gran conflicto en el que participaba Gran Bretaña desde Napoleón, y que enfrentó a este país, Francia, el Imperio Otomano y el Reino de Cerdeña contra Rusia por causa de una disputa por el control de la Tierra Santa.

El episodio en concreto tuvo lugar el 25 de octubre de 1854 en el transcurso de la batalla de Balaclava. En uno de los lances, el Mariscal Lord Raglan, al mando de las fuerzas aliadas, quiso evitar que los rusos se apropiaran de unas piezas de artillería pertenecientes a una posición que habían capturado recientemente. Para tal efecto, a través del capitán Nolan, envío la orden al conde de Lucan, comandante de la caballería, de que enviara a sus unidades para prevenirlo.

Lo que Raglan no sabía era que los únicos cañones que se podían ver desde la posición de Lucan eran el grueso de las baterías rusas, situado al otro lado del valle. Por tanto, Lucan dio la orden a Cardigan, que estaba al mando de la brigada ligera, de que tomara a unos seiscientos setenta de sus caballos y cargara contra esta posición, que estaba situada a alrededor de una milla de distancia.

Cardigan obedeció la orden y, a la cabeza, se lanzó a la carga a través del valle. Las baterías rusas, disparando de frente y por los costados, perpetraron grandes bajas en el contigente de caballería, que sin embargo logró llegar a su destino y penetrar en las líneas rusas. Cardigan, no obstante, ante la flagrante inferioridad de fuerzas, se vio obligado a retirarse. De los seiscientos y pico efectivos iniciales, sólo regresaron a caballo unos doscientos. Alrededor de 120 murieron, un numero similar fueron heridos y el resto tuvo que volver a pie.

Tres semanas después, el suceso fue publicado en el diario The Times por William Howard Russell, uno de los primeros reporteros de guerra. Pese a que el número de bajas no había sido tan alto (una ínfima parte de las decenas de miles de muertos que sufrieron los aliados durante toda la guerra), lo espectacular de la pifia levantó un gran interés y controversia en la opinión pública británica. El poeta Tennyson se aseguraría de que esta gesta militar se convirtiera en leyenda con su poema "The Charge of the Light Brigade", pero en un orden de cosas menos heróico, tanto Lucan como Raglan se vieron acusados de haber sido responsables del desastre por haber asumido ciegamente una orden claramente irracional y suicida. Nolan, quien murió en el transcurso de la carga, también fue señalado como culpable por no haber transmitido la orden correctamente.

El modelo aristocrático del Ejército quedó desprestigiado; la oficialidad, que tradicionalmente había sido reducto de quienes podían permitirse pagar las enormes cantidades necesarias para mantener su puesto, fue acusada de incompetencia, prepotencia y desprecio hacia las vidas humanas de la tropa. Es interesante recordar que fue también durante la Guerra de Crimea cuando Florence Nightingale se hizo famosa por su lucha por mejorar las condiciones de los heridos de guerra británicos.

El Conde de Cardigan, protagonista de esta historia, también tiene su lugar en la historia como persona que popularizó las chaquetas del mismo nombre. Curiosamente, hay otra prenda de abrigo cuyo nombre se debe a estos sucesos históricos, aunque sólo en inglés. Hablo de balaclava, que es como los británicos llaman a los pasamontañas.

Más información:
The Charge of the Light Brigade (In Our Time, BBC Radio 4),
Charge of the Light Brigade (Wikipedia en Inglés;también en español), Why the charge of the Light Brigade Still Matters (BBC),

lunes, enero 14, 2008

Spare some change?

¡Feliz Año Nuevo atrasado! Este blog se ha tomado unas vacaciones demasiado largas y ya es hora de desempolvar un poco estas páginas. Y dado que estamos en plena cuesta de enero, que mejor tema que tratar que el del dinero.

Con la llegada del euro ha pasado algo muy triste en España: nos hemos quedado de repente sin toda ese repertorio de sinónimos coloquiales de peseta (pelas, cucas, calas, leandras...) y sus derivados (duro, talego...). Estoy seguro de que un montón de gente ingeniosa habrá inventado ya términos graciosos para referirse al euro, pero que yo sepa todavía ninguno ha pasado al dominio público.

Aunque el Reino Unido no tiene ninguna intención de entrar en el euro, también allí se ha vivido no hace tanto la experiencia de reemplazar radicalmente el sistema monetario. Hasta principios de los años setenta, el Reino Unido llevaba funcionando desde hacía más de un siglo con un complicado sistema (a veces denominado Lsd) por el cual una libra equivalía a 20 chelines (shillings) y, al mismo tiempo, a 240 peniques. Todo precio se expresaba mediante una terna de estas tres unidades: como por ejemplo £1 4s 3d. Las abreviaturas, curiosamente, provenían del latín: s de solidus y d de denarius (ambas monedas que formaban parte del sistema monetario utilizado por los romanos). El chelín, alternativamente, se representaba también mediante una barra inclinada ("/"). De este modo, 5/- significaba 5 chelines y 0 peniques. El símbolo de la libra, que es el mismo que se sigue usando, también provenía del latín: no es más que la "L" de libra con caligrafía historiada.

Pero las complicaciones no acababan aquí. No sólo la libra se subdividía de una forma tan rocambolesca, sino que también las monedas fraccionarias tenían valores bastante pintorescos. En los bolsillos de los británicos, se podían encontrar monedas de farthing (cuarto penique), half pence (medio penique), twopence, threepence, sixpence, florins (equivalentes a dos chelines), crowns y half crowns (equivalentes, respectivamente, a 30 y a 60 peniques). Muchas de estas denominaciones se llevaban acuñando desde la Edad Media, aunque su valor relativo entre unas y otras había ido variando dependiendo del peso y la cantidad de metal precioso.

El 15 de febrero de 1971 todo esto cambió. En este día, conocido como Decimal Day, el Reino Unido se alineó con la gran mayoría de naciones europeas, que desde hacía ya bastante tiempo se habían pasado a sistemas monetarios decimales. Una libra pasó a valer 100 peniques, que cambiaron de abreviatura de "d" a "p". Todas las demás monedas fraccionarias desaparecieron. Solamente el chelín y el florín sobrevivieron de forma fantasmagórica, ya que las nuevas monedas de 5 y 10 peniques, al tener exactamente el mismo valor, heredaron su formato, cambiando sólamente el diseño de la cara y de la cruz. A principios de los años 90 este último vestigio se esfumó, ya que las monedas de 5 y de 10 peniques fueron sustituidas por otras de igual diseño pero menor tamaño.

Con la decimalización se perdieron un sinnúmero de palabras coloquiales para referirse a las distintas monedas, como tanner (seis peniques) o joey (tres peniques). Bob, que anteriormente era un chelín, parece haber sobrevivido pasando a significar "libra", aunque no se usa mucho y en la actualidad el término más extendido con diferencia para referirse a esta divisa es el de quid. Otra palabra muy usada es grand, que equivale a mil libras. En lenguaje coloquial ya apenas se usa la palabra "pence", y casi todo el mundo usa pee (en español, "pi"), como en twenty pee (20p). Curiosamente, ninguna de estas palabras tiene plural: uno dice two grand (£2000) o ten quid (£10). Otras formas coloquiales muy extendidas son tenner para referirse al billete de diez libras y fiver para referirse al de cinco.

A quien no se haya aclarado mucho o le haya interesado el tema le recomiendo los enlaces de abajo, en especial el primero, donde con un tono nostálgico se describe de forma muy detallada el variopinto sistema británico predecimal y su argot asociado.

Más información:
Money Slang
Guide to British coin pre-decimal denominations
Lsd (Wikipedia en inglés)
Coins of the pound sterling (Wikipedia en inglés)