No puedo creerlo. La primera cadena de TVE está retransmitiendo en directo la boda entre el príncipe Charles y Camilla, con la insoportable Cristina García Ramos, presentadora del programa "Corazón, corazón", como comentarista. Los responsables de la cadena pública española han estimado que la descafeinada ceremomia civil, seguida de la anodina bendición religiosa en el Castillo de Windsor, es un tema de vital interés para el público español. Lo terrible es que no están equivocados.
El año pasado la fastuosa Boda Real del príncipe Felipe sólo figuró en la televisión británica como una más entre las noticias internacionales; tampoco mereció mayor mención en el resto de los medios de comunicación. La propia noticia de la boda real de hoy del príncipe heredero fue recibida por muchos medios británicos con absoluta indiferencia e incluso desprecio. En España sin embargo sigue reinando la obsesión con el corazón, que la televisión pública alimenta sin pensárselo dos veces. Tanto sabio enmedallado para esto.
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