El papa Juan Pablo II finalmente murió. La noticia ha resonado con fuerza en todo el mundo y el Reino Unido no ha sido una excepción. La cobertura informativa no ha llegado a los extremos que se ha dado en España, pero el análisis de los medios británicos sobre lo positivo y lo negativo del pontificado de Karol Woijtila no ha sido muy distinto del que he leído en la prensa española.
Ayer aproveché la ocasión de la muerte del papa para visitar la Catedral de Clifton, sede de la diócesis católica de Clifton, que comprende Bristol y los condados adyancentes. Se trata de una construcción que parece sacada de una película de ciencia ficción, una mole piramidal de hormigón gris que, si bien está claramente emparentada con el horrendo estilo arquitectónico británico de los años sesenta, de algún modo me parece atractiva. La catedral está situada en Pembroke Road, al lado de Worcester Terrace, una elegante urbanización georgiana que no puede contrastar más con la arquitectura futurista del templo.
Fui sobre las cinco de la tarde, y me sorprendió encontrar la catedral vacía salvo por una o dos personas que rezaban. También me sorprendió la sencillez con la que se anunciaba la muerte del pontífice: apenas un retrato presente en una de las capillas, con folletos disponibles al público con una oración por su alma. Había esperado encontrarme con signos más conspicuos del fallecimiento del pontífice.
Aproveché para pasear por la catedral. Lo más chocante es la ausencia de los típicos bancos de iglesia: en vez de ello hay filas y filas de sillas de plástico y metal encadenadas, cubiertas por un curioso tapizado, que le daban al recinto un aire chabacano de pabellón de congresos multiuso. Quitando este detalle de mal gusto lo demás me gustó bastante: un interior muy amplio y luminoso, cuya única decoración son unos relieves expresionistas en las paredes representando el via crucis. La estética en su conjunto es muy de iglesia sesentera, no muy distinta a la de la mayoría de las iglesias modernas que conozco en Madrid. Según dice el sitio web de la catedral, el edificio se construyó con el Concilio Vaticano II aún reciente, siguiendo la filosofía de una Iglesia menos severa y más cercana a los fieles. Un detalle que me gustó mucho es que todas las superficies de hormigón de dentro de la catedral, vistas de cerca, muestran relieve como de madera rústica. Esta textura da una calidad mucho más acogedora a un material de construcción que es bastante opresivo de por sí. Me imagino que habrán conseguido este efecto mediante encofrados especiales.
A quien le interese el tema le recomiendo visitar el sitio web de la catedral, que ofrece una descripción con fotos de la misma, su historia, y para quienes estén interesados en la arquitectura, un artículo muy interesante escrito por los arquitectos que la diseñaron hablando sobre su diseño y construcción.
3 comentarios:
Es la primera vez que leo tu blog y tengo que confesar que...ya soy fan. Me encanta!
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¡Muchas gracias! Me alegro de que te guste, espero que me visites a menudo.
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