Una de las particularidades de la conducción en el Reino Unido es que aquí es muy corriente que la calle más estrecha imaginable sea de doble sentido. En zonas residenciales casi siempre es así. Si circulando por una de estas calles te topas con otro coche viniendo en dirección contraria, uno de los dos tendrá que apartarse para dejar pasar al otro. La mayoría de las ocasiones esto no es un problema y se encuentra hueco en algún vado o aparcamiento libre donde meterse. A veces no hay manera y es necesario dar marcha atrás hasta encontrar donde apartarse para que el otro pase. En cualquiera de los casos el gesto será agradecido por el otro conductor mediante un saludo con la mano o un destello de luces.
Al principio esta costumbre me parecía un verdadero engorro. Uno viene con la mentalidad de conductor madrileño, de irritarse con cualquier obstáculo distinto de un semáforo o ceda el paso que te obligue a disminuir tu velocidad o incluso (cielos) pararte, como por ejemplo gente aparcando, algún coche que se intenta incorporar o ciclistas. Además parece que los ingleses lo hagan a mala idea. En las zonas céntricas, donde hay más tráfico y tiene más sentido que éste sea en doble sentido, las calles suelen ser de una sola dirección. Esto ocurre sobre todo en los pueblos. Cuando vivía en Maidenhead recuerdo lo fastidioso que era ir en coche al centro. Para entrar o para salir había que dar mil vueltas; al principio cuando no me conocía bien el lugar era tremendamente frustrante lo difícil que era llegar de un lugar a otro.
Ahora ya estoy acostumbrado y (como tantas otras cosas) empiezo a encontrarle sentido. El obligar a los conductores a parar para dejar pasar fomenta la conducción amable: si te acostumbras a hacerlo en calles estrechas, te costará menos hacerlo en resto del tiempo. En el Reino Unido la gente suele ser muy gentil y paciente al volante: cuando estás esperando para incorporarte a una calle principal puedes estar tranquilo que por mucho tráfico que haya en ésta más pronto o más tarde alguien te dejará pasar.
Otra ventaja de las calles de doble sentido es que limitas la velocidad en zonas residenciales (de hecho, a menudo en calles anchas se suelen poner estrechamientos de calzada artificiales para conseguir este efecto). Y en el caso de las calles céntricas de único sentido, seguramente evites congestión al tener un flujo de tráfico unidireccional.
En Madrid, y me imagino que en el resto de España, se sigue una filosofía distinta. En la mayoría de los barrios donde las calles no son muy anchas, como en el de Salamanca, se suelen alternar calles en un sentido y en otro.
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1 comentario:
Je je je
Me encanta la foto!!
Estarua guay si anyadieses una foto similar pero sacada desde un autobus de doble piso, porque SI, QUERIDOS AMIGOS!, los autobuses de doble piso tambien se meten por callejuelas estrechisssssssimas!!!!
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