La gente que llega a Inglaterra de Europa, de turismo o para quedarse, suele venir con un montón de imágenes pintorescas sobre el país: gentlemen, bobbies, bombines, autobuses de dos pisos, los Beatles, el mal tiempo, y muchos más.
Uno de los tópicos más extendidos es el del five o´clock tea. Mucha gente me ha preguntado si los ingleses realmente se toman té a las cinco. La respuesta es que sí, claro que toman té a las cinco de la tarde, y también a las cuatro, a las seis, a las siete y por la mañana. Los ingleses toman té a todas horas. En la oficina donde trabajo, la gente suele ser inseparable de su mug, con el que con frecuencia peregrinan a la cocina para rellenarlo del brebaje estimulante. El único vestigio del five o´clock tea que queda es el uso (poco habitual) de la expresión "tea time" para referirse al periodo de tiempo entre las cuatro y las seis de la tarde.
El té se suele preparar con bolsas, que curiosamente no suelen llevar ningún cordel con etiqueta, como suele ocurrir en España. Lo hay de varios tipos, de distinto sabor y fortaleza: English Breakfast, Earl Grey, Darjeeling, Ceylon, y otros. El agua se hierve mediante un calentador de agua eléctrico o kettle (un electrodoméstico comodísimo que es capaz de calentar el agua en cuestión de segundos) y se echa directamente al mug. Los ingleses suelen tomar el té con leche, que debe echarse en la taza antes que el té para que éste sepa mejor. Hace tiempo leí en el New Scientist una explicación científica del porqué de esto, que he olvidado.
En nuestros días, tomar té en Inglaterra es algo muy mundano y nada refinado. Nada que ver con esas estampas que todo el mundo tiene en la cabeza de grupo de señoras respetables y estiradas sosteniendo flemáticamente sus tacitas y tomando pastas. Quien quiera encontrar un sucedáneo de esto puede visitar un tea room. Se trata de un establecimiento donde se suelen servir meriendas de té con bollos, casi siempre para turistas o gente mayor. No son fáciles de encontrar en las ciudades (en Bristol no he visto ni uno, ni tampoco en Londres); sólo los he visto en algunos pueblecitos turísticos. Otra opción para quien quiera disfrutar el té de forma más especial es el cream tea. Es una merienda típica de Devon, en el suroeste de Inglaterra, servida en muchos pubs de allí. Yo lo probé en uno de Dartmoor, y me supo delicioso. Consiste en scones (una especie de panecillo dulce), mermelada, clotted cream (una especie de nata muy espesa para untar) y, por supuesto, té.
Y para concluir, una verdadera delicia: un artículo con consejos sobre cómo preparar el té escrito nada menos que por George Orwell.
2 comentarios:
Uno de los motivos por los que se echaba la leche primero era el evitar que el té caliente agrietase la delicada porcelana. Sin embargo, ahora que muchos ingleses han arrinconado la tetera y se hacen su bebida directamente en la taza, echan la leche al final porque de la otra forma el té no ser haría bien. Curioso, ¿no?
Tiene sentido lo de la porcelana. Lo de echar la leche antes en efecto ya no se hace porque los tes se suelen hacer con bolsa individual.
De todos modos, na vez yendo en British Airways al servirme el té me pusieron la leche antes, así que no debe de ser una costumbre muerta.
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