jueves, noviembre 24, 2005

Abriendo hasta tarde

Hoy es un día histórico: entran en vigor en Inglaterra las nuevas licencias de apertura de pubs, basadas en la Licensing Act que se aprobó en 2003. A partir de ahora ya se puede servir bebidas alcohólicas en estos establecimientos más tarde de las 11 de la noche, siempre y cuando se obtenga la licencia apropiada. La anterior legislación databa de los años de la I Guerra Mundial, y se introdujo para fomentar la productividad de los trabajadores durante el conflicto bélico.

Es curioso porque se ha pasado de un extremo al otro: de unas leyes muy restrictivas se ha pasado a que en teoría sea posible tener bares abiertos las 24 horas del día. Es precisamente esta posibilidad la que ha excitado los ánimos de la opinión pública (y de los medios), que asiste con nerviosismo al amanecer de la era del 24 hour drinking. Muchos opinadores, políticos y jefes de policía han vaticinado consecuencias terribles para la sociedad: empeoramiento de la lacra del binge drinking (cultura de la borrachera), alcoholismo, vandalismo, problemas sanitarios y un sinfín de calamidades. Lo cierto es que apenas unos pocos cientos de pubs han solicitado licencias para abrir durante todo el día. La mayoría de los que han solicitado extender el horario de apertura han pedido sólo una o dos horas adicionales.

La motivación de esta nueva legislación es fomentar una cultura de consumo responsable, más cercana a la que supuestamente se da en el continente. Se espera que si los parroquianos no sienten la presión de la hora de cierre engullirán sus pintas a menos velocidad. Otro de los objetivos es que no todos los sitios cierren a la misma hora. De este modo, se evitará la explosiva situación en la que sobre las once y pico de la noche los pubs empiezan a echar a la gente y la calle se ve llena súbitamente de ejércitos de borrachos tambaleantes y ocasionalmente violentos. En esto puedo decir por propia experiencia que el espectáculo es realmente dantesco. Es especialmente entretenido cuando se va en coche; mi tramo favorito es Park Street. Es una cuesta muy empinada, de modo que según subes desde abajo ves ante ti la calle completa: un retablo espectacular compuesto de borrachos haciendo eses, tambaleándose, tropezando, dando voces, orinando en las esquinas o peleándose entre sí. La gente va tan ciega que, según pasas, te hacen señas con el brazo por si eres un taxi.

Lo cierto es que lo que vaya a ocurrir con las nueves leyes es una incognita. La mayoría de la gente da por hecho que durante los primeros meses se darán situaciones de consumo exacerbado de alcohol, y la policía y los hospitales no darán a basto. A medio y largo plazo, sin embargo, nadie es capaz de predecir si la nueva legislación tendrá éxito sosegando las costumbres bebedoras de los ingleses. En cualquier caso, dudo mucho que pierdan su sólida afición por las borracheras.

Más información: Last Order: de copas en el Reino Unido (Parquestrit), Licensing Laws of the UK (Wikipedia en inglés), Pubs in 24-hour opening era (BBC)

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