El artilugio de la foto no es muy común en los baños de las casas españolas, pero en Inglaterra está muy extendido: es una bomba de agua para la ducha.
En Inglaterra, el agua que se suministra a las viviendas no suele llevar mucha presión. No sé por qué. Esto no suele ser un problema para los grifos del lavabo o de la cocina, pero en la ducha es otra cuestión. Una ducha por sí sola no suele proporcionar más que un triste y débil reguerillo de agua.
Es por ello que, para poder disfrutar de un potente chorro de agua calentita que nos anime las mañana y nos consuele de haber tenido que dejar la cama, es preciso utilizar uno de estos aparatos eléctricos. Son muy sencillos de usar: mediante un único control giratorio se regula la mezcla de agua fría y caliente. A veces, otro control permite regular la fuerza del chorro. La mayoría de las casas inglesas que he visto cuentan con estos aparatos; es uno de los puntos a tener en cuenta cuando estás buscando un sitio para alquilar.
En Inglaterra la cultura de la ducha no está tan instituida como podríamos pensar; aún mucha gente prefiere bañarse, y no con mucha regularidad. La segunda casa en la que viví en Inglaterra, alquilada junto con dos amigos, sólo tenía una simple bañera. Tuvimos que comprarnos una ducha de mano acoplable a los grifos parecida a ésta. A falta de bomba eléctrica, el chorro de agua era más bien modesto. Estuvimos un año malduchándonos, haciendo malabarismos para sostener la ducha y enjabonarnos al mismo tiempo. Pero sobrevivimos; a todo se acostumbra uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario