jueves, enero 05, 2006

La compra del emigrante

Hoy por la mañana he ido a hacer lo que entre mis amigos expatriados llamamos "la compra del emigrante". Es uno de los ritos imprescindibles de todos los viajes a España: ir al supermercado el día de la vuelta o el anterior a avituallarse de embutido, vino, conservas u otros productos, que o bien son difíciles de encontrar en el Reino Unido o bien salen carísimos allí.

En esta ocasión, después de dos semanas de comer y beber sin parar, la motivación no era tan grande. Solamente he comprado lo imprescindible: pimiento rojo en lata, chorizo de cocinar, un taco de jamón, algo de queso. Además, y pese a que suelo venirme con el maletón grande, para Navidades llevo siempre bastante más equipaje, a lo que han de unirse todas las compras y regalos de libros y ropa. De modo que no hay tanto espacio para la comida. Cuando suelo llevarme más comida a Inglaterra es en las estancias cortas que paso en Madrid durante el verano. Como hace calor, no hace falta llevar apenas ropa, de modo que para la vuelta la mochila tiene espacio disponible para kilos y kilos de preciosos víveres españoles.

Escoger qué productos comprar es siempre complicado. ¿Me arriesgo a comprar algún congelado, a sabiendas de que tendré que tenerlo fuera del congelador durante varias horas de viaje? ¿Compensa el ahorro en el precio del aceite de oliva el engorro y el sobrepeso de llevarlo en el equipaje? Últimamente decidí llevar sólo productos de calidad, los que son complicados de encontrar allí o salen muy caros, como vino del bueno o determinadas conservas (bonito del norte, paté). También suelo llevarme muchas legumbres, que aunque se pueden encontrar en el Reino Unido hay mucha menos variedad. A veces me llevo condimentos como panceta o tocino, imposibles de encontrar en ese país. Y cada vez suelo probar a llevarme algún producto nuevo, a ver qué tal provecho le saco. En esta ocasión, he comprado bacalao en salazón. He visto que hay miles de recetas de cocina española que lo usan, y tampoco hay manera de encontrarlo en ningún lado en Inglaterra.

Mucha gente me pregunta si no hay problema con importar embutido al Reino Unido. Yo llevo haciéndolo durante cinco años y nunca me han puesto pegas. Según he leído en unos carteles informativos que hay en la zona de recogida de equipajes de los aeropuertos británicos, es legal introducir cualquier alimento en el Reino Unido desde otro país de la Unión Europea siempre y cuando tenga "aspeco saludable" y sea para consumo propio. Una de mis fantasías eróticas de siempre es llevarme un jamón. En Navidades, sobre todo, siempre suelo tener la tentación de facturar una hermosísima pata de jabugo para poder tocar el violín en Inglaterra cuando la morriña me aqueje. Sin embargo, no estoy seguro de si un oficial de aduanas británico entendería que un jamón entero puede ser perfectamente para consumo de una sola persona. La situación de tener que sufrir el decomiso de un manjar así sería demasiado dolorosa como para que merezca la pena arriesgarse.

Hacer la compra del emigrante es una experiencia agridulce. Mientras vagas por los pasillos, escrutando las estanterías en busca de productos que merezca la pena comprar, vas haciéndote a la idea de que esto se acaba y de que pronto te verás dentro de un avión volando de vuelta a tu exilio autoinfligido. Los memorables momentos que has pasado hace apenas unos días con los amigos y la familia pronto se desdibujarán en simples recuerdos a medida que te zambulles en la rutina diaria. Como consuelo quedán esos pedacitos de patria guardados en la despensa.

5 comentarios:

Unknown dijo...

¿has probado llevarte el embutido envasado al vacío? Se conserva perfectamente. Lo único es que tienes que abrilo un rato antes de comerlo para que esté bueno.
Yo me llevaba paquetes de jamón de cuarto de kilo, 100 gramos o fuet que me encanta yu era una gozada comerlos.
Saludos y feliz regreso.

Anónimo dijo...

Villamota, qué recuerdos... Yo me llevaba ese tipo de cosas que dices, pero luego encargaba a "mis visitas" que me trajeran latas de fabada litoral y gazpacho Alvalle. (El gazpacho casero me salía BLANCO en lugar de rojo, aunque los tomates ingleses estaban aparentemente maduros).

Eso, y pipas. Me han dicho que es posible encontrarlas, pero yo solo vi de las peladas. Y no es lo mismo.

Por cierto, feliz año a todos.

Juan Villamota dijo...

El embutido suelo llevármelo al vacío, aunque hay veces que si lo dejás demasiado tiempo sin abrir se estropea. El fuet y los tacos de jamón, imprescindibles.

Con la fabada litoral me ha pasado una cosa curiosa: la probé por primera vez hace un par de meses. Y me encantó. Nunca antes la había comprado, por el estúpido prejuicio de que los alimentos en lata tienen que estar peor que los frescos.

Y pipas, desde luego. Y también kikos. Que aunque esas chucherías no tienen mucho pedigrí gastronómico al final es de lo que más se echa de menos.

Saludos a todos!

Anónimo dijo...

Hoy la tierra y los cielos me sonrien
hoy llega al fondo de mi alma el sol.
hoy he ido al "carrefur" y tenian preparado para hacer chicken korma!

Creo que si algun dia vuelvo a la madre patria echare de menos el korma y el mango chutney.

Con alegria y alboroto me he dado cuenta que dos semanas y pico en "apaña" me han hecho perder el poco ingles que sabia! No hay nada como unas "croques" para comer y olvidar :)

Anónimo dijo...

Hello There!!

Yo tengo que confesar que al principio echaba mucho de menos el embutido, pero si lo piensas bien, no es mas que un pegote enorme de grasas saturadas (aunque está tan bueno...), asi que cada vez traigo menos. Me pasa igual con la fabada litoral y las latas. El coñazo de traerlas no compensa con el pequeño ratito de placer que te proporcionan. Si que echo mucho de menos los kikos y las pipas, aunque he encontrado un supermercado donde las tienen, tostaditas y saladitas, eso si, son de Grecia, pero ni se nota, con lo cual otro problema menos para la importación.