Exceptuando acontecimientos de justificada resonancia mundial como los atentados del 11-M o el hundimiento del Prestige, que recibieron un tratamiento de primera página durante varios días, en los medios de comunicación británicos no aparecen con mucha frecuencia noticias sobre España. En la prensa, este país aparece muy de vez en cuando en las escasas páginas internacionales de los diarios británicos. Y cuando esto ocurre, hay las mismas probabilidades de que se trate de una noticia seria que de que sean simples pamplinas, como por ejemplo esta noticia publicada hace semanas en el Guardian sobre un taxista que ganó una beca para leer El Quijote.
No es muy frecuente que varios diarios británicos den cobertura a una mismo suceso ocurrido en España. Cuando esto ocurre es una buen indicativo de que la noticia realmente es relevante. Es precisamente lo que ha ocurrido con el asunto del polémico discurso del Teniente General José Mena. La noticia apareció el lunes en The Guardian, Daily Telegraph y The Times, y ayer en el Independent. También aparece en el sitio web de la BBC. A través de escolar.net me entero de que el diario de información económica Finantial Times incluso incluye un editorial altamente significativo sobre el tema.
Escuchar noticias sobre el propio país en medios extranjeros (en este caso, británicos) suele ser una experiencia refrescante. Uno puede bajar las defensas y confiar que el tema posiblemente está siendo tratado con imparcialidad. Es agradable poder descansar de esa suspicacia continua que es imprescindible mantener continuamente cuando se acude a los medios españoles, tan vendidos a oscuros intereses propios o ajenos, con los que hay que afilar al máximo el sentido crítico para que no nos tomen el pelo.
Esta distancia es muy útil para escapar de tribalismos y ver las cosas con más claridad, sin preconcepciones sectarias. Pero es un arma de dos filos. Desde fuera es muy facil malinterpretar el porqué de lo que acontece en otro país, sobre todo si no se tiene un interés o conocimiento suficiente del carácter peculiar de éste. En Europa tenemos opiniones muy definidas sobre un montón de cosas a lo largo del planeta: Oriente Medio, Asia, Rusia, Estados Unidos. Después de ver cuán a menudo periodistas británicos no se enteran de la copla interpretando acontecimientos ocurridos en España, país europeo de cultura bastante similar a la del Reino Unido, me pregunto cuántas de las opiniones que tengo sobre lo que ocurre en rincones del planeta donde nunca he estado se acercan a la realidad.
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