El pasado fin de semana estuve en Madrid por motivo de una boda: mi última escapada a España antes de Navidad. Como siempre, el último día de mi estancia (el lunes en este caso) me fui a avituallarme al Alcampo de al lado de mi casa.
Últimamente, cuando voy a súper o hipermercados españoles, me maravillo de la riqueza y variedad de productos que se pueden encontrar en ellos, todos primorosamente expuestos en estanterías ordenaditas y repletas: yogures, chocolates, bollos de desayuno, legumbres, champús, productos de limpieza... De todos ellos se pueden encontrar un sinnúmero de variaciones y marcas distintas.
En el Reino Unido, por contra, la variedad de productos disponibles en los supermercados es mucho menor, y la presentación es considerablemente más cutre (de esto último ya hablé hace meses en este blog). La mayoría de las ocasiones sólo se pueden encontrar dos o tres marcas para un producto determinado, y tampoco suele darse la riqueza de "derivados" que se da en España. Por supuesto, en determinados artículos típicos del Reino Unido, como el pan de molde, hay más oferta que en España, pero incluso en estos casos los británicos son mucho menos innovadores: aquí no se puede encontrar, como en los comercios españoles, pan de molde sin corteza.
Hay aspectos en los que los súper británicos sí que están por delante de España, como por ejemplo en la abundancia de líneas de productos ecológicos (que aquí llaman organic) y de comercio justo (fair trade). También es más fácil encontrar ingredientes exóticos para cocina india o china, algo que de todos modos es comprensible puesto que en este país hay una gran presencia de gentes de procedencia asiática u oriental.
Pese a todo, mi impresión es que, en conjunto, los supermercados británicos están peor provistos que los españoles. Es algo bastante sorprendente, considerando que el Reino Unido es un país más próspero. Quizás el motivo es que en España nos preocupamos más de la comida y de tener limpia la casa, de modo que la oferta de comestibles y artículos de limpieza, que componen la mayor parte de las compras domésticas, es mayor. En cualquier caso, esto no significa que la industria británica de la distribución sea más pequeña: Tesco, la primera cadena de supermercados de este país, es uno de los grupos más grandes de Europa, y no para de crecer y de sumar beneficios.
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