Ya sé que es bastante poco original criticar lo pronto que los comercios comienzan con la campaña navideña, pero es que realmente clama al cielo. Hace unas semanas, el día 1 de octubre, fui al Sainsbury's a hacer la compra y me encuentro con que ya han reservado un par de estanterías y las han llenado con christmas puddings, mince pies y demás parafernalia, todo esto apenas 10 días después del fin del verano. Pero no se trata sólo de un pecado de los comerciantes, ansiosos por utilizar el reclamo navideño para vender. El sábado pasado, bajando por Park Street, cerca del centro de Bristol, vi que ya habían colgado a lo largo de la calle la raquitica iluminación festiva de todos los años. No vaya a ser que no les dé tiempo.
La prensa británica, vigilante como siempre de no perderse tema anecdótico alguno, no ha tardado nada en lanzarse a publicar artículos ingeniosos sobre este afán cagaprisas de adelantar la Navidad. En el Guardian, he podido leer este mes dos reportajes (uno de Alexander Chancellor y otro de Stephen Moss) que comentan el disparate de comenzar a promocionar las fiestas navideñas con tres meses de antelación.
2 comentarios:
Hola
me encanta tu blog. Ese vivir en dos mundos te da un vitalidad literaria que se nota hasta en los titulos de tus fotos en flickr. La foto que viste en flickr es exactamente donde tu dices, justo en Quevedo. Buena memoria fotografica.
Mejor aun es lo de la vuelta el cole. Acababan de terminar los pobres niños el colegio el 15 de julio y el dia 17 yo ya vi en Sainsburys articulos de la vuelta al cole. Ni respirar dejan a los pobres!
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