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Cuando vivía en Maidenhead no tenía problemas para hacerlo. Tenía un autolavado de camino al trabajo en una gasolinera de Texaco, y otro cerca en Bourne End. A veces incluso lo lavaba en casa, ya que vivía en un chalé y tenía jardín con manguera. Desde que me he venido a Bristol he llevado el coche a lavar creo que una o quizás dos veces; eso es en un periodo de más de seis meses. He de admitir que al principio ha sido simple desidia, pero hace poco decidí que ya iba siendo hora, y me he dado cuenta de la presencia de una invisible fuerza que ha frustrado hasta ahora todos mis intentos de lavarlo.
De pequeño me encantaba ir con mi padre al autolavado del Jumbo, me fascinaba la experiencia de ir siendo arrastrados lentamente a las entrañas de esa maquinaria amenazadora y automática. Era reconfortante ver desplegada ante tí tanta violencia acuática y saberte protegido tras los cristales; relajante ver cómo las gotas se deslizaban temblorosas por el parabrisas, huyendo ante la acometida del secador, que se desplazaba adaptándose robóticamente a la silueta de tu vehículo.
Estas últimas semanas vagué con desesperación por el barrio en busca de un autolavado. Encontré uno arriba en Gloucester Road, pero sólo les funcionaba el programa sencillo, consistente en agua nada más; este programa te sale gratis en Inglaterra casi todas las semanas sin tener que mover el coche de donde lo tienes aparcado. Ayer fui al Sainbury´s de Emerson Green, algo lejos de mi oficina, pero donde me habían dicho que había uno. Me ocurrió lo mismo: estaba "out of order". Lo que yo digo: una conspiración.
Mientras, mi coche sigue cambiando de color, transformándose de azul a verde. Me ha crecido un moho de color esmeralda en la goma de las ventanillas. Pronto me empezará a crecer vegetación en el mantillo que se está formando sobre la carrocería. Alguien podría preguntarme qué sentido tiene lavar el coche en un país donde llueve tan a menudo. La respuesta es ésta: por más que nos gustaría, la lluvia no basta para limpiarlo de la capa de polvo que se forma, y ni mucho menos accede a lugares más recónditos como los bajos, donde se puede acumular un barrillo que captura la humedad y empeora la corrosión. Además, cuando se usan los programas de lavado más completos, se suele aplicar al coche una cera o un producto similar que repele el agua de modo que el bonito aspecto reluciente no se arruina con la primera lluvia.
Pero este paraíso refulgente me está vedado. Aún no he encontrado autolavado en Bristol. Definitivamente debe tratarse de una conspiración.
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Actualización 26 febrero
Estaba equivocado. No hay tal conspiración. Ayer encontré un autolavado en Frenchay y , ¡funcionaba!
1 comentario:
No sera el de la foto de arriba?; P
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