miércoles, febrero 09, 2005
TV license
La recepción de tu primera carta de la TV license es un rito iniciático. Hasta el momento lo más probable es que las únicas muestras de antipatía inglesa las hayas experimentado de forma informal: dependientes del Dixons, gente por la calle, quizás compañeros de trabajo. Y en lo ambiental: el clima asqueroso, los días cortos y lúgubres, el paisaje urbano horrendo y hormigonado. Pero luego te llega una carta como ésta y te das cuenta de que la antipatía está también implantada como política administrativa.
Como en otros países europeos, como Francia o Italia, en el Reino Unido hay que pagar una tasa por poseer una televisión: la TV License. Ésta es de 121 libras anuales, y se destina a financiar la BBC. La primera vez que me enteré de que tenía que pagar por poseer una televisión me indigné. Me parecía un impuesto injusto y absurdo: ¿pagar por poseer un electrodoméstico? Luego con el tiempo he empezado a verle más sentido. Si no hubiese TV License igualmente iba a pagar por la televisión pública a través de mis impuestos. Además, la BBC es una institución extraordinariamente buena que no me importa nada financiar.
Pese a todo, me sigue pareciendo que tener que pagar por poseer un televisor es burdo y arbitrario. Además los detalles de la legislación rayan el esperpento o la broma de mal gusto: si eres ciego, te rebajan la licencia un 50%. Si tienes una televisión en blanco y negro el coste de la misma es de sólo 40 libras. Está claro que alguien que tiene una televisión en blanco y negro hace un uso más completo de su aparato que un ciego con televisión en color: que alguien me explique qué sentido tiene cobrarle menos.
Pero lo peor es la intrusión a la intimidad que se lleva a cabo para asegurarse el cobro de la tasa. Cuando te compras un televisor o una vídeo en cualquier tienda están obligados a tomarte tus datos personales para comunicárselos a la empresa que gestiona el cobro del impuesto: TV Licensing. Esta empresa, que depende de la BBC, tiene el único objetivo de recaudar la TV license y tener amedrentada a la población para que no se le ocurra no pagarla. Algo en lo que tienen bastante éxito; recuerdo haber leído que el porcentaje de gente que no paga la TV license en Gran Bretaña es de menos del 10%.
Si pagas puntualmente tu licencia lo normal es que no seas expuesto a los malos modos de TV Licensing. Pero como te retrases en el pago, o te mudes de casa y no les comuniques ipso facto tu nueva dirección, pronto recibirás una carta amenazadora como ésta. Si sigues haciéndote el remolón pronto recibirás más cartas con un lenguaje más agresivo. Te amenazarán con el envío de inspectores, quizás hablen de sofisticados detectores de televisores que piensan utilizar en tu barrio. Quizás al cabo de un tiempo realmente te envíen un inspector. Esta nota, dejada por uno de ellos al tratar de visitar una vivienda, es buena muestra del lenguaje mafioso y chulesco que TV licensing utiliza.
Lo sangrante es que este hostigamiento lo sufrirás también aunque no tengas televisor, o mejor dicho, precisamente por no tenerlo. El número de hogares sin televisor es ínfimo en las sociedades desarrolladas así que supongo que a TV licensing le resulta más efectiva la presunción de culpabilidad. De nada servirá contacatar con ellos para decirles que no posees un televisor: de forma mas o menos educada te dirán que no te creen, y que enviarán a alguien para verificarlo. Es probable que no lo hagan, pero no por ello te librarás de seguir recibiendo con regularidad correspondencia de ellos.
Desgraciadamente en el Reino Unido este tipo de prácticas de amenaza primero y pregunta después son bastante comunes. En publicidad institucional son habituales los anuncios amenazantes, como éste contra quienes reciben pensiones o subsidios ilegales.
Enlaces interesantes:
Sitio web opuesto a la TV license
Testimonio de una víctima
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario