sábado, diciembre 16, 2006

Inmigrantes

El suplemento del sábado del Guardian siempre suele ser bastante aburrido, pero de vez en cuando publican artículos muy buenos (que a veces he visto traducidos semanas después en el dominical de El País). En el de la semana pasada me encontré dos reportajes muy interesantes, ambos sobre la cara más amarga del fenómeno de la inmigración: uno fotográfico, sobre la odisea de un camerunés que se embarca en un cayuco para llegar a Europa (del que se puede encontrar una versión resumida en la versión digital de Le Monde), y otro sobre una periodista británica que se hizo pasar por inmigrante paquistaní para meterse por unas semanas en el duro mundo de los limpiadores de hotel (enlace).

El primer reportaje sorprende por cómo el fotógrafo logra encontrar imágenes bellísimas en medio del drama de los cayucos . El segundo me ha servido para recordar que, aunque mi experiencia del Reino Unido es la de un país próspero y avanzado, en el que alguien con mi formación lo tiene fácil para alcanzar el bienestar material (mucho más que en España), quienes llegan al país en condiciones más humildes y sin habilidades ni conocimientos valiosos se encuentran una realidad muy dura, quizás peor que la del resto de Europa. Los limpiadores entre los que la autora del reportaje convive durante unos días cobran el sueldo mínimo (unas 5 y pico libras la hora, alrededor de 7 euros) por tener que limpiar varias habitaciones, sin cobrar por los descansos y hostigados por los supervisores.

Estas condiciones miserables posiblemente no sean muy distintas de las que se tuvieron que enfrentar los emigrantes españoles que se fueron a trabajar a otros países europeos en la posguerra. Los inmigrantes españoles de ahora lo tenemos bastante más fácil. Muchos jóvenes se vienen a Inglaterra con el afán de aprender o perfeccionar el inglés trabajando en la hostelería u otros empleos de poca categoría, pero por muy dura que sea su experiencia, la mayoría tienen la tranquilidad de saber que es sólo por una temporada y que lo hacen por propia voluntad y no por necesidad, y que si se hartan siempre pueden volverse a España sin haber perdido gran cosa.

Por eso, cuando escribo en este blog, nunca dejo de sentir cierta inquietud. Parquestrit pretende contar cómo es la vida y la cultura británicas, pero nunca podrá escaparse de la limitación de mi propia experiencia: la de alguien que disfruta de una posición razonablemente acomodada y de una vida sin muchas complicaciones.
Enlace:
A Dirty Business (The Guardian Weekly)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que dices es cierto. Cuando yo estuve allí trabajando en restaurantes sabía que cuando quisiera podía volver a España. Es más, trabajaba a pesar de que mi padre me decía que no lo hiciera que él me pagaba la estancia.
Cuando tu situación es muy ditinta y necesitas trabajar en lo que sea, no te puedes permitir irte al paro y tienes que mandar dinero a tu país, me imagino que será todo muy distinto. Algo así les tiene que pasar a los ecuatorianos que trabajan en España. Aún así, y a pesar de todo, su situación es mucho mejor en Europa que en sus países, porque si no fuera así se volverían todos.
Saludos.

Anónimo dijo...

Como Nacho, yo tambien cuando llegué a Inglaterra trabajé de camarera en un hotel. La experiencia que cuenta la periodista de The Guardian me recuerda mucho a lo que vi allí, excepto que en éste hotel, el staff era todo inglés.

El primer día me pusieron a ayudar a las chamber-maids acarreando ropa limpia, ordenándola en los armarios y bajando los carritos de ropa sucia.Me escondí en un armario a llorar cuando ya no podía más con mi alma de cansancio.Al día siguiente le dije al director del hotel que dejaba ése trabajo, que no podía con él y me puso de camarera y limpiando la cocina. Después de mí dejaron el mismo trabajo 3 hombres distintos porque era demasiado duro...

La mayoría de los hoteles funcionan así de mal, no se de qué se sorprende la periodista...las habitaciones no se limpian solas, y la gente es muy cochina cuando no tiene que limpiar su propia mierda....aunque éso lo digo ahora porque me tocó hacerlo a mí :-D....

De todos modos en inglaterra se tiene la ventaja de que el sueldo es más alto (estamos hablando de 600 libras a la semana) y que siempre es posible encontrar trabajo en otro sitio con asombrosa rapidez...Además a nada que tienes skills (y por skills quiero decir saber poner los cubiertos en una mesa, servir copas etc...) enseguida consigues mejores trabajos.


Es verdad que la cosa se complica si no conoces la lengua acabas de llegar. Además la gente te trata como si fueses tonto cuando no hablas bien inglés, que casi es lo que más duele...

abril dijo...

Considerando mi experiencia no me puedo quejar tanto, pues estoy de acuerdo con Di en que en cuanto tienes un poco de manya al hacer las cosas, te mandan a trabajos mejores.

La vida del inmigrante es dura, pero estoy convencida que todos son conscientes de ello cuando salen de sus paises.

Besitoss

Anónimo dijo...

Yo en mi primera experiencia en Inglaterra tambien estuve limpiando habitaciones de hotel, y el reportaje del Guardian cuenta cada una de las cosas por las que tuve que pasar. Cuando lo lei la semana pasada se me ponian un poco los pelos de punta. 14 habitaciones al dia, el training inexistente, todas eramos extranjeras, y solo 4 europeas. Cobrabamos muy poco, casi no nos daba el dinero para llegar a fin de mes, especialmente porque trabajabamos en Londres y solo con el transporte y con el alquiler se nos iba como un 80% de lo que cobrabamos. El trabajo era muy muy duro fisicamente y no pagaban horas extras: si no limpiabamos 14 habitaciones entre 8.30am y 5pm nos quedabamos hasta que las limpiasemos, pero sin cobrar ni un duro mas. Las primeras semanas no saliamos antes de las 6.30pm y en vez de parar 1 hora para comer, comiamos en menos de 15 minutos. Afortunadamente nos animabamos pensando que iba a ser una experiencia mas en nuestra vida de la ibamos a aprender, y que como comentas en tu entrada, iba a ser algo temporal. Solo estuvimos 3 meses trabajando alli, cuando casi todas las chicas con las que trabajamos llevaban a~os en el mismo trabajo...