Esta semana es puente en España, y Londres se verá inundado de naúticos, barbours y jerseys de pico azul marino. Estos turistas españoles tendrán la oportunidad de vivir un momento histórico: el próximo viernes el famoso Routemaster se retira del servicio de la última línea en la que permanecía en activo.
El Routemaster es uno de los iconos más famosos de Londres, el decano de todos los autobuses de dos pisos. Fue introducido durante los años 60, y su éxito le ha permitido permanecer en servicio durante todo este tiempo. Aparte de su aire anciano y su personalísimo diseño de líneas redondeadas, la particularidad que lo distingue del resto de los double deckers que circulan por la capital es que, aparte del conductor, cuentan con un cobrador (curiosamente llamado conductor en inglés) que recoje los billetes con el autobús en marcha. Gracias a esto, y a que la subida al vehículo se hace a través de una plataforma sin puerta en la parte de atrás, las subidas y bajadas de viajeros son muy ágiles, motivo por el cual muchos londinenses le tienen gran aprecio.
Durante las últimas decadas el Routemaster ha sido retirado gradualmente de varias líneas londinenses, sustituido por autobuses más modernos. Sin embargo, la decisión de jubilarlo por completo se tomó hace un par de años, con la justificación - entre otras - de que incumplía la normativa de acceso a discapacitados. El proceso de retirada definitiva culmina este viernes, cuando este modelo de autobús hará por última vez el recorrido de la línea 159.
No hace falta decir que los londinenses han lamentado mucho la decisión de deshacerse de ese elemento tan inconfundible del paisaje urbano de su ciudad. No ayuda mucho el que muchos de los Routemaster vayan a ser sustituidos por autobuses articulados, cuyo aspecto pérfidamente "continental" hace que muchos ingleses los vean con antipatía. Otros serán sustituidos por autobuses de dos pisos más modernos y cómodos, aunque indudablemente con mucho menos encanto.
Yo no he viajado en Routemaster más que un par de veces. La experiencia fue realmente pintoresca, aunque no especialmente cómoda: el autobús es ruidoso, frío y temblequeante. Los asientos del piso abajo estaban dispuestos mirando hacia dentro, como en los vagones de metro. Por el pasillo central iba el cobrador cancelando el billete de los viajeros que acaban de subir. Para solicitar la parada recuerdo no había botones, sino que había que tirar de un cordón que había tendido por encima de las ventanas, a lo largo de los laterales. Aunque para bajarse o subir no hacía falta esperar a la parada: como la entrada no tiene puerta, se podía uno apear en los semáforos, e incluso con el autobús en marcha.
Este no es, no obstante, el fin de la presencia del Routemaster en las calles de Londres. Un puñado de ellos permanecerá en servicio en determinados tramos de las líneas 9 y 5 como "heritage routes" o "rutas históricas". El resto de la flota tampoco parece que vaya a ir directa al desguace: lo más seguro es que pasen todos al mercado de segunda mano. Me puedo imaginar a las agencias de publicidad de medio mundo frotándose las manos.
En el sitio web de la BBC se pueden encontrar varios clips de video tomados de programas antiguos de televisión en los que el protagonista es el Routemaster. También se pueden encontrar un montón de fotos en Flickr. Recomiendo igualmente el sitio web routemasters.co.uk, que ofrece una galería de fotos bastante interesante.
Más información: Routemaster (Wikipedia en inglés)
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