Todo el mundo tiene bastante claro que Inglaterra es un país de té más que de café. Desde hace pocos años, sin embargo, ha habido una expansión considerable de cafeterías en todo el país. La mayoría de ellas forman parte de cadenas de "MacCafeterías", como Starbucks, Coffee Republic, Café Nero, u otras de esta jaez, pero incluso los establecimientos independientes (en Bristol, un buen ejemplo es el Boston Tea Party de Park Street) suelen copiar el modelo de las anteriores: mobiliario informal y variado mezclando sofás, sillas y taburetes, nombres de café de resonar italiano y, por supuesto, precios exorbitantes. El café se recoge, previo pago, en un mostrador, y el azúcar y las cucharillas se han de ir a buscar a un aparador. Muchos de estos sitios ofrecen también porciones de tarta de acompañamiento, sandwiches, "paninis" o incluso ensaladas o platos más elaborados.
A pesar de las apariencias, la relación de los ingleses con el café no es reciente ni mucho menos. De hecho, esta bebida llegó antes que el té a estas tierras, y en su momento gozó de bastante éxito. La primera coffeehouse fue abierta en Inglaterra en el siglo XVII, y pronto florecieron como animados lugares de reunión que admitían una mezcla variada de clases sociales, menos rígida que lo que la estratificada sociedad de esos tiempos solía permitir. En los coffeehouses ingleses se leían avidamente los primeros periódicos, se difundían novedosas ideas políticas e incluso se desarrollaban negocios: la importante entidad financiera Lloyds comenzó en esos años como una humilde coffeehouse.
Poco tienen que ver las actuales cafeterías inglesas con las antiguas coffeehouses. El gusto por el café, sin embargo, sí que parece está renaciendo. En las estanterías de los supermercados es fácil encontrar una soberbia selección de distintas variedades de cafés: colombiano, costarricense, etíope, de Java... Una oferta mucho mayor que en España, donde es difícil encontrar nada más sofisticado que café de mezcla torrefacta de Saimaza o Marcilla. Y, sin embargo, los cafés que sirven en las cafeterías españolas me saben infinitamente más ricos que en Inglaterra, vaya Ud. a saber por qué motivo. Precisamente el otro día leía un interesante artículo del suplemento gastronómico del Observer (enlace), en el que se critica como se prepara el café en el Reino Unido. Coincido plenamente con el autor en su desesperación por esa manía que tienen las cafeterías de este país de servirte tazas de tamaño elefantiásico llenas de "leche caliente con sabor a espresso".
Otra de las particularidades de las cafeterías inglesas que me exasperan son los horarios. Casi todas cierran sobre las seis, de modo que es virtualmente imposible quedar para tomar un café a media tarde. Los únicos lugares agradables disponibles a esas horas para juntarse con algún amigo son los pubs, y a mí hasta al menos las ocho de la tarde no me apetece nada tomarme una cerveza. Esto se nota sobre todo cuando vas de turismo: te pasas todo el día pateándote una ciudad, y cuando ya cierran todo y lo que te apetece es ir a sentarte a algún sitio agradable, descansar los pies y entonarte con un delicioso café calentito, te encuentras con que todas las cafeterías están cerradas.
Ahora, en España, no me puedo quejar de falta de café: el del desayuno, el de media mañana, el de después de comer y, a veces, el de por la tarde. Más ricos y más baratos que en el Reino Unido, aunque todavía no he encontrado ningún sitio donde cuesten 80 céntimos. Esos precios sólo deben de tenerlos en los sitios de beneficencia, para la gente necesitada.
Más información:
How's your crapuccino? (The Observer)
Coffeehouse (Wikipedia en inglés)
3 comentarios:
Vaya usted al congreso de los diputados, sede de gente necesitada, allí si que cuestan 0'80 €.
Recuerdo esa sensanción en Londres de patearte la ciudad y cuando el cuerpo te pide un cafelín, encontrar todas cerradas.
De esas "MacCafetas" solo me gusta el café con hielo, grande, fresquito y de lo más barato.
Un abrazo.
El mejor café con leche de Bristol es el del HerManos de Queens Square.
Alguien más tardó siglos en darse cuenta que un "expresso machiato" es un cortado?.
Aunque con éste calor...qué pereza hablar de cafés!
Aún recuerdo esos pozos de café que me daban en el Coffee Republic de al lado de la biblioteca dela universidad, en Sheffield... si no me dio úlcera entonces me dará cancer en 10 años, jajaja.
De todas formas, habrás notada la avalancha starckbuckera en España (bueno, en Madrid al menos)... y es que parece que nadie se leyó No Logo, jaja.
Un saludo.
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