Qué frío que está haciendo en Madrid. El último día de vacaciones, en el trabajo, uno de mis colegas aludia con envidia al clima caluroso que supuestamente me esperaba en Madrid. Un comentario que he oído innumerables veces en Inglaterra, y al que contesté como de costumbre, con el secreto placer de contradecir tópicos arraigados: en Madrid suele hacer en invierno más frío que en Inglaterra.
El mal tiempo es uno de los rasgos tópicos que te vienen a la cabeza al pensar en Inglaterra. Quizás el primero. Es bastante injusto: el clima en el sur de Inglaterra es similar al del norte de Europa. El clima parisino no difiere tanto del de Londres. Incluso me atrevería a decir que en lugares como en los Países Bajos el tiempo es más lluvioso y gris. Este año en particular el otoño ha sido una maravilla en Bristol: ha llovido poco, y el sol ha brillado muy a menudo. En diciembre las temperaturas han bajado y la semana justo antes de venirme a Madrid de vacaciones ha hecho bastante frío pero nada comparado con las temperaturas de estos días en la capital de España.
En Inglaterra nunca suele hacer mucho frío. En el sur de Inglaterra pocas veces baja de 5 grados. El clima es lluvioso, desde luego, y los días son húmedos y grises. En invierno los días son muy cortos: amanece sobre las siete y pico y se hace de noche a las cinco. Pero al mismo tiempo en verano los días se alargan más que en España. Los veranos en Inglaterra son como una agradable primavera en Madrid, perfectos si no fuera por los ocasionales días lluviosos o nublados.
En lo que Madrid sí que es mejor sin duda alguna es en los otoños: el buen tiempo puede llegar a durar hasta noviembre. Y también las primaveras: mayo puede ser maravilloso cuando no llueve. En Inglaterra, sin embargo, los veranos mueren irremisiblemente en septiembre y hay que tener suerte para que el buen tiempo comience en mayo.
lunes, diciembre 27, 2004
martes, diciembre 21, 2004
Navidad en Inglaterra (II): Las comilonas
Quien haya visto El diario de Bridget Jones se puede hacer una idea de los tópicos que hay alrededor de las cenas de Navidad en Inglaterra: parientes irritantes, regalos horrendos, una sensación general de incomodidad. Los ingleses,a l igual que otros pueblos del norte de Europa, son bastante poco familiares. Las Navidades son para muchos la única oportunidad de ver a los parientes.
El plato navideño por excelencia es el pavo asado (roast turkey), servido con una salsa espesa (gravy) y verduras (patatas, coles de bruselas, nabos, zanahorias...). El asado es una de las formas de cocinar más típicas de aquí y bien hecho puede ser delicioso. De postre lo tradicional es el Christmas pudding. Es una especie de pastel de frutas al licor muy muy pesado. También hay otros postres típicos: mince pies (pastelitos rellenos de una pasta de frutas), el yule log (una especie de brazo de gitano de chocolate que simula una rama de árbol), y muchos otros tipos de tarta.
El plato navideño por excelencia es el pavo asado (roast turkey), servido con una salsa espesa (gravy) y verduras (patatas, coles de bruselas, nabos, zanahorias...). El asado es una de las formas de cocinar más típicas de aquí y bien hecho puede ser delicioso. De postre lo tradicional es el Christmas pudding. Es una especie de pastel de frutas al licor muy muy pesado. También hay otros postres típicos: mince pies (pastelitos rellenos de una pasta de frutas), el yule log (una especie de brazo de gitano de chocolate que simula una rama de árbol), y muchos otros tipos de tarta.
lunes, diciembre 20, 2004
Navidad en Inglaterra
Nunca paso las Navidades en Inglaterra, siempre "vuelvo a casa por Navidad" y paso unas dos semanas y media en Madrid. Generalmente intento coger de Lotería a Reyes, y a veces incluso puedo hacer una incursión a las rebajas que empiezan el 7.
En Inglaterra las Navidades no parecen ser mucho más distintas que en España en líneas generales: comilonas, consumismo exacerbado, reuniones familiares. A finales de noviembre ya se empiezan a colgar las decoraciones navideñas en las calles. En los supermercados se empiezan a llenar las estanterías con los productos navideños; las tiendas se empiezan a decorar con mucho rojo y mucha nieve artificial. Ya entrando en diciembre las zonas comerciales, ya de por sí bulliciosas los fines de semana se abarrotan aún más de compradores febriles. En la tele empieza el chorreo de anuncios de perfume y de juguetes, dependiendo de la hora. La gente comienza el festival de comilonas con las cenas de empresa.
En Inglaterra las Navidades no parecen ser mucho más distintas que en España en líneas generales: comilonas, consumismo exacerbado, reuniones familiares. A finales de noviembre ya se empiezan a colgar las decoraciones navideñas en las calles. En los supermercados se empiezan a llenar las estanterías con los productos navideños; las tiendas se empiezan a decorar con mucho rojo y mucha nieve artificial. Ya entrando en diciembre las zonas comerciales, ya de por sí bulliciosas los fines de semana se abarrotan aún más de compradores febriles. En la tele empieza el chorreo de anuncios de perfume y de juguetes, dependiendo de la hora. La gente comienza el festival de comilonas con las cenas de empresa.
martes, diciembre 07, 2004
Hope and Anchor
Ayer cené con unos amigos en el Hope and Anchor, uno de estos "gastropubs"que están tan en el candelero últimamente. Está un poco retirado, bajando por desde el Triángulo por Jacobs Wells Road, pero la corta caminata merece la pena.
Por dentro tiene el aspecto de pub tradicional sin florituras (los hay tradicionales con florituras). Mesas y sillas sólidas de madera, media luz, gente sentada más que de pie hablando tranquilamente. Tiene una buena selección de cervezas inglesas y, un toque de distinción, Leffe de grifo. Como no estoy muy versado en bitters ni ales pedí consejo a la camarera que muy amable me recomendó dos y me dio a probar. Una era más suave y la otra más amarga; me quedé con esta última. Desgraciadamente he olvidado el nombre.
El menú ofrece opciones clásicas con algún plato más original que lo común: bangers and mash (salchichas con puré de patata), curry, trucha, etc. Aconsejado por una amiga me pedí el chicken and mushroom pie, pastel de pollo y setas, concinado a la sidra y con verdura y patatas. Realmente fue excelente: el pollo jugoso y el hojaldre ligero. Me tomé hasta las coles de bruselas. Que por cierto nunca antes había tomado. No son tan malas como se queja la gente.
Por lo visto en verano hay un secret garden disponible a los clientes que está muy bien. Pero la otra atracción curiosa digna de mención en una Lonely Planet es el baño de caballeros: quizás sea el único baño en el mundo que está dedicado a la memoria de un fulano, que según parece, era cliente habitual.
Por dentro tiene el aspecto de pub tradicional sin florituras (los hay tradicionales con florituras). Mesas y sillas sólidas de madera, media luz, gente sentada más que de pie hablando tranquilamente. Tiene una buena selección de cervezas inglesas y, un toque de distinción, Leffe de grifo. Como no estoy muy versado en bitters ni ales pedí consejo a la camarera que muy amable me recomendó dos y me dio a probar. Una era más suave y la otra más amarga; me quedé con esta última. Desgraciadamente he olvidado el nombre.
El menú ofrece opciones clásicas con algún plato más original que lo común: bangers and mash (salchichas con puré de patata), curry, trucha, etc. Aconsejado por una amiga me pedí el chicken and mushroom pie, pastel de pollo y setas, concinado a la sidra y con verdura y patatas. Realmente fue excelente: el pollo jugoso y el hojaldre ligero. Me tomé hasta las coles de bruselas. Que por cierto nunca antes había tomado. No son tan malas como se queja la gente.
Por lo visto en verano hay un secret garden disponible a los clientes que está muy bien. Pero la otra atracción curiosa digna de mención en una Lonely Planet es el baño de caballeros: quizás sea el único baño en el mundo que está dedicado a la memoria de un fulano, que según parece, era cliente habitual.
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