viernes, agosto 26, 2005

El pan nuestro de cada día

¿Dónde coño se ha visto comer sin pan?, decía Arguiñano en la famosa escena de las "tortillas rusas", al principio de la película Airbag. Después de ya casi cinco años viviendo en el Reino Unido, aún me sigo preguntando lo mismo. Los británicos casi nunca comen con pan, y para un español como yo es desesperante ver cómo se desperdician deliciosas salsas de tomate y gravies por no haber un buen currusco con el que dejar el plato reluciente. En la cantina de la empresa donde trabajaba antes, solía usar las patatas del rosbif para mojar la salsa, pero no era lo mismo. Las únicas veces en las que los británicos comen con pan es en los restaurantes indios, donde el pan naan es uno de los complementos indispensables del menú, junto con el arroz pilau y los popadums.

No es que sea imposible encontrar pan. En muchos restaurantes, sobre todo franceses o italianos, se puede pedir pan, pero aparte de que los precios que te cobran por un simple par de rodajas son ridículos, suelen servirlo como una especie de "ración" para tomar por si sola, con mantequilla o a veces aceite. El concepto de comer con pan, de disponer de una cestita que los camareros te van reponiendo cuando se vacía, no existe aquí.

Encontrar barras de pan suele ser también un problema. Los británicos suelen llamar french stick a la típica barra de pan o pistola. En casi todos los supermercados las venden, pero muchas veces se agotan, sobre todo por la tarde, después del trabajo, que es cuando tengo oportunidad de ir a comprar. Además, la calidad casi siempre deja mucho que desear. En particular, suelen tener la manía de cocerlas muy poco, de modo que el pan queda pálido y blandengue. No es imposible, sin embargo, encontrar barras de pan bastante buenas; recomiendo especialmente las del Sainsbury´s de la gama Taste the Difference. En los supermercados más grandes o refinados (como el Waitrose), se pueden encontrar otros tipos de pan continental como baguetes o roscas. Tanto la variedad como la calidad suele ser mucho mejor en las escasas panaderías que suele haber en las ciudades. En Bristol es famosa la Hobbs House Bakery.

En lo que no hay absolutamente ningún problema es, evidentemente, en encontrar el pan típico del Reino Unido. Es éste el que nosotros llamamos "de molde": de forma cuadrada, corteza blanda y miga esponjosa. Hay un montón de marcas y variedades, y suele ser mucho más rico que el que se vende en España, aunque no lo suficiente como para no echar de menos en las comidas el pan "normal". Aparte de pan de molde, tienen también otros tipos, como el bloomer, que es alargado y rechoncho. Son, no obstante, todos de corteza blanda, y se suelen usar casi exclusivamente para tostadas o sandwiches.

miércoles, agosto 24, 2005

Trainspotting

Supongo que no fui el único que, al ir a ver la película basada en la novela de Irvine Welsh, se preguntó qué significaba el título. En su momento supuse que se trataba de algún tipo de deporte o práctica extrema, quizás saltar de trenes en marcha o algo similar, en la onda del modo de vida temerario y acelerado de los protagonistas del libro.

Al enterarme del significado real de la palabra quedé desconcertado. Train spotting es una afición, con un número respetable de seguidores en el Reino Unido y otros países, que consiste en desplazarse a estaciones, vías y terminales ferroviarios para registrar los movimientos de los trenes, anontando datos sobre ellos como la matrícula, el fabricante, el modelo y la hora de salida. El objetivo último de este estrafalario pasatiempo es tener controlada la flota ferroviaria completa, incluyendo locomotoras y vagones.

A menudo el aficionado al train spotting se dedica a hacerles fotos a los trenes, y quizás su interés por lo ferroviario se extienda a otros campos como el modelismo. El trainspotter es uno de los mejores exponentes de la célebre vena excéntrica del pueblo británico. Un elemento imprescindible de su estereotipo es el anorak, prenda de abrigo útil cuando hay que permanecer largas horas al aire libre oteando en busca de trenes, sometido al antipático clima isleño. Ni que decir tiene que los trainspotters suelen ser vistos por la mayoría de los británicos como bichos raros, antecesores quizás de los geeks de ahora: personas con un interés obsesivo en actividades o conocimientos rocambolescos, casi siempre con limitadas dotes de interacción social.

En el Reino Unido hay un montón de otras aficiones similares. El plane spotting es lo mismo sólo que aplicado a la aeronáutica. La observación de aves o birdwatching suena, en principio, menos extravagante, pero en sus aficionados (coloquialmente llamados twitchers) se puede encontrar un nivel de obsesión no muy distinto del de los trainspotters.

¿Y qué relación tiene todo esto con la película o libro Trainspotting? Según he estado mirando por Internet, puede que aluda a una escena hacia el final de la novela, donde se compara el sinsentido de las vidas de los protagonistas con el de la afición de los trainspotters. Otra posibilidad es que sea un símil que describe como vías de tren las venas por las que los desdichados personajes de la historia se inyectan la heroína.

Más información: Railfan (Wikipedia en inglés)

lunes, agosto 22, 2005

Dentro del laberinto

Ayer, aprovechando el espléndido día soleado, me fui con unos amigos a pasar la mañana en el Great Western Maze. Se trata de un enorme laberinto, de aproximadamente media hectárea de tamaño, trazado en medio de un maizal. Las paredes las constituyen las propias plantas de maíz, que llegan a alturas de más de tres metros. El desafío consiste en entrar en el laberinto y lograr encontrar la salida, recogiendo por el camino un cierto número de pistas que, reunidas, nos dan las letras de un anagrama que hay que resolver. Dentro del laberinto hay un par de puentes elevados que permiten asomarse desde cierta altura, aunque no sirve de mucho para orientarse. Hay también un merendero donde se puede descansar unos instantes tomándose un helado.

Pasé un rato tremendo. Hacía bastante tiempo que tenía ganas de ir a un laberinto, y la experiencia no me defraudó. La sensación de estar perdido en un lugar así es ciertamente especial, y cada vez que te das cuenta de que vas avanzado, al descubrir algún lugar por donde no habías pasado antes, es bastante excitante. Es especialmente divertido dividirse en dos grupos y competir a ver quién termina antes.

Me gustó mucho, además, cómo está montado el lugar. La organización es bastante buena, con guías dispuestos a ayudar en caso de que lo necesites. Si en algún momento desesperas, no tienes más que agitar una bandera que te dan en la salida para que acudan en tu ayuda. El ambiente del lugar es muy familiar: no tiene para nada el aire artificial y plastificado de los parques de atracciones. El precio es, además, bastante razonable: cuatro libras y media.

Este laberinto permanecerá abierto hasta finales de septiembre. Después el maíz será cosechado, y no se volverá a plantar hasta el año que viene. El diseño cambia cada año. Para construirlo, al parecer, se emplea GPS. Los caminos hay que desbrozarlos a mano cuando el maíz empieza a crecer, lo cual es una tarea muy laboriosa.

En el Reino Unido hay un buen número de laberintos de maizal. La mayoría de ellos, incluido éste, han sido diseñados por una misma persona: Adrian Fisher.

Más información: The Great Western Maze, Adrian Fisher Mazes, Maize Maze (BBC), Maze (Wikipedia en inglés)

sábado, agosto 20, 2005

Los paraguas en Inglaterra

Esta foto, tomada el pasado sábado cerca del centro de Bristol, muestra una estampa muy infrecuente en este país cuando llueve: gente llevando paraguas. Los ingleses suelen ser extrañamente reacios a utilizar este utensilio. Ese día llovía bastante, una lluvia más fuerte que el habitual chirimiri de aquí, y no debieron de tener otra opción que sacarlo para no empaparse. En la mayoría de las ocasiones, sin embargo, los ingleses suelen ir sin paraguas aunque llueva. Es en parte comprensible: muchas veces la lluvia que cae es muy fina, de tipo horizontal, y tanto da que lleves paraguas como que no.

miércoles, agosto 17, 2005

Tirar a matar

Según una filtración de documentos de la Comisión Independiente de Reclamaciones de la policía (Independent Police Complaints Commission, IPCC), que investiga la muerte del joven brasileño Jean Charles de Menezes, las circunstancias de su homicidio son bastante distintas de las hasta ahora descritas por la policía y algunos testigos. El joven fue abatido de repetidos tiros en al cabeza en un vagón de metro al ser confundido por la policía con un terrorista. Los documentos filtrados, hechos públicos ayer por la cadena de televisión ITV, y basados en las grabaciones de las cámaras de seguiridad y en el testimonio de oficiales de policía y testigos presenciales, cuentan cómo Menezes, al contrario de lo que se afirmó, no entró en la estación de metro a la carrera saltando los torniquetes, sino andando tranquilamente y usando su billete, incluso parando unos instantes para coger un periódico gratuito. Una vez en dentro sí que corrió, pero para llegar a tiempo para coger el tren que llegaba a la estación. Entró en el vagón y se sentó en un asiento libre. En ningún momento da la impresión de que el joven supiese que estaba siendo perseguido.

Las imágenes de circuito cerrado muestran claramente cómo tambien es falso el que Menezes vistiese un abrigo abultado, sino que llevaba puesta una simple chaqueta vaquera. La policía irrumpió en el vagón y le encañonó. El joven no ofreció resistencia. Un oficial le inmovilizó, y segundos después otro vaciaba 7 tiros en su cabeza y hombro.

Todo esto, según los documentos filtrados. En un detalle macabramente mundano, se indica también que el policía encargado de la vigilancia había ido al servicio en el momento que Menezes salía del edificio bajo sospecha, lo cual posiblemente condujo, de algún modo, a que se le identificara erróneamente.

Aunque conviene esperar a las conclusiones de la investigación antes de tirar a rasgarse las vestiduras, todo esto es un golpe fulminante a la credibilidad de la policía y del gobierno, quienes en un principio no tuvieron inconveniente en no contradecir la información falsa sobre la muerte de Menezes y ahora sin embargo claman que hay mantener la investigación en secreto y no hacer valoraciones hasta que ésta llegue a su fin.

Más información: Noticia en The Guardian, Noticia en la BBC

lunes, agosto 15, 2005

Prensa británica

Qué rabia me dan los periódicos ingleses. El que los italianos últimamente se han dado a experimentar con los helados con sabores tales como vinagre o apio es considerado por los redactores del Guardian una noticia importantísima digna de figurar hoy en la sección internacional. Pero no es ésta la única noticia chorra; el lector de este diario podrá encontrar hoy, entre crónicas serias de la retirada israelí de Gaza o sobre el avión chipriota que se estrelló ayer, electrizante información sobre la primera hamburguesería Halal de París o sobre la oposición que en la ciudad estadounidense de Gettysburg se ha levantado en contra de la construcción de un casino.

Esta costumbre de intercalar noticias serias con anecdóticas es muy típica de la prensa seria británica, y me irrita bastante, acostumbrado como estoy a la española, que no se si es mejor o peor pero al menos suele centrarse en las noticias importantes. Supongo que lo hacen para amenizar el contenido del diario, pero yo preferiría que en vez de eso profundizaran en su cobertura de noticias, que sobre todo para temas internacionales suele ser bastante pobre. Suelo leerme por encima todos los días el Guardian y el Independent, a los que mi oficina está suscrita, y al terminarlos no me queda nunca la sensación de haberme enterado, más o menos, de lo que ha ocurrido en el mundo, sensación que sí suelo tener cuando leo un periódico español.

De otro defecto de la prensa británica, su uso despreocupado de generalizaciones y estereotipos culturales y nacionales, ya hablé hace unas semanas. Por cierto que al hablar de "prensa seria" me refiero al segmento de mercado constituido por los broadsheets (término que pronto no tendrá sentido, puesto que todos ellos se están pasando al formato "compacto"): The Guardian, Independent, Times y Daily Telegraph. En un segmento medio, con un menor nivel intelectual, encontramos el Daily Mail y el Daily Express. En último lugar están los red tops sensacionalistas The Sun y Daily Mirror. Hay, por supuesto, también multitud de periódicos regionales de todos los niveles y pelajes.

El Daily Mail y el Sun son los más odiados por mí: el primero por su línea editorial furibundamente reaccionaria y el segundo por su histrionismo demagógico. Son también, tristemente, los más vendidos en el país.

viernes, agosto 12, 2005

Globos sobre Bristol

Estoy de vuelta a Inglaterra, después de pasar unos agradables y relajantes días de vacaciones en España. Justo a tiempo para la Balloon Fiesta de Bristol, un festival que se celebra todos los años por estas fechas y que, como el nombre indica, gira en torno a los globos. Desde ayer jueves hasta el domingo se reunen en Ashton Court una multitud de globos para, si el tiempo lo permite, soltarlos todos a la vez, inundando de colorido los cielos sobre la ciudad. Aparte de los globos tradicionale, se pueden ver algunos con formas extravagantes, casi siempre de publicidad: un año que fui había uno con forma de paquete de rollos de papel higiénico.

El sábado por la noche, además, tiene lugar otro espectáculo interesante: los globos se distribuyen por todo el campo, amarrados a tierra, y después de apagarse todas las luces, comienzan a encender y apagar sus calentadores, iluminándose como bombillas de colores. Admirar estos ingenios voladores no es lo único que se puede hacer en Ashton Court durante estos días: como en cualquier otro festival, hay un sinnúmero de puestos de comida, carpas, música y mercadillos.

El lanzamiento de globos de hoy ha sido hace unos minutos, y en estos precisos instantes estoy viendo a través de la ventana los globos sobrevolando las afueras de la ciudad. El vuelo aerostático es algo bastante popular en Bristol, y cuando hace buen tiempo no es raro ver algún solitario globo paseándose por los cielos de por aquí.

jueves, agosto 04, 2005

La riqueza del inglés, en la BBC

A quien le interese el idioma inglés le recomiendo que eche un vistazo a Word 4 Word; se trata de una serie de programas sobre el uso popular y local del lenguaje que comenzó ayer en BBC Radio 4. Se emiten los miércoles a las nueve de la mañana, pero también están accesibles a cualquier hora a través de Internet.

El programa de ayer no lo pude escuchar entero, pero me enteré de una cosa muy interesante: la palabra charver, utilizada en Newcastle para referirse a determinados jóvenes de clase baja que visten de una forma característica, y que en el resto del país se ha popularizado como chav, comparte etimología con la palabra española chaval: ambas provienen de la lengua gitana o romaní. De los chavs, por cierto, tengo que hablar algún día, es un tema con mucha miga.

En el sitio web de la BBC se puede encontrar también el apartado Voices, dedicado a la riqueza regional del inglés. Del tema de los dialectos del inglés en el Reino Unido ya hablé hace unos meses en este blog.

miércoles, agosto 03, 2005

Tornados en Bristol

Leo hoy con incredulidad en el Guardian que el lunes pasado un tornado por poco llega a Bristol. Los alarmados residentes de Whitchurch y otras poblaciones al sur de la ciudad vieron, sobre las siete de la tarde, cómo se formaba en el cielo una nube con la característica forma de embudo de estos fenómenos meteorológicos, que permaneció durante unos 20 minutos merodeando por un área de varias millas. Afortunadamente, el tornado no llegó al nivel del suelo, lo que sin duda hubiese provocado daños. La noticia también se menciona en el sitio web de la BBC.

Hace unos días, en Birmingham, ocurrió un fenómeno similar, sólo que en este caso sí que hubo cuantiosos daños materiales. Por lo que he leído, los tornados no son tan infrecuentes en el Reino Unido como se podría uno imaginar, aunque en lo que a catástrofes naturales se refiere, el número uno en este país son sin duda las inundaciones, muy frecuentes en el sur del país, sobre todo en otoño.